17 noviembre, 2008

EL DOCUMENTO EPISCOPAL EN LA FRANCIA DEL SIGLO XII. EL REGISTRO DE LAMBERTO, OBISPO DE ARRÁS, Y LA COLECCIÓN DE LOS OBISPOS DE LAON.

The Episcopal Document in France in the XIIth century. The Register Book of Lambert, bishop of Arras, and the acts of the bishops of Laon.
Le document épiscopale de la France du XIIéme siécle. Le Registre de Lambert, évêque d’Arras, et les Actes des évêques de Laôn.

La investigación francesa sobre diplomática medieval y sobre cartularios, desde la década de los años noventa del siglo pasado, ha tenido una de sus principales líneas de evolución en torno a la renovación de las formas de comprender y de leer las fuentes escritas de la Edad Media.

Destaca la labor del Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS) con el apoyo a la edición de significativas aportaciones por parte de los investigadores. Los programas de investigación del CNRS permiten acercarnos a unas disciplinas que evolucionan a partir de las tradicionales ciencias auxiliares de la Historia hasta abrir nuevos caminos para la comprensión de la civilización medieval a través de sus fuentes escritas. A las iniciativas de esta institución francesa ha venido a sumarse uno de sus órganos de investigación, el Institute de Recherche et d’Histoire des textes [ http://www.irht.cnrs.fr/ ] con un amplio programa de divulgación en Internet, así como mediante la organización de programas de investigación y trabajo realizados por medios telemáticos.

En estos momentos, observamos como la evolución y el desarrollo de los nuevos métodos y enfoques hablan de “arqueología del libro o del manuscrito” o de “historia de la cultura escrita” para referirse a la renovación de la diplomática, de la paleografía y de la codicología, que, como ocurrió con la renovación de la Historia y de sus métodos después de la segunda guerra mundial, ha permitido profundizar en los fenómenos del mundo medieval entendido como una civilización, buscando nuevos parámetros como la relectura de las fuentes conocidas y la búsqueda de nuevos materiales para la investigación y creándose nuevos métodos de trabajo, que en muchos casos han dado excelentes productos, algunos de ellos más propios de la atropología cultural, que de la ciencia histórica. Un largo y fecundo camino se ha abierto, desde las tradicionales disciplinas auxiliares hasta convertirse en un nuevo ámbito de estudio interdisciplinar como sería la historia de la cultura escrita o de las prácticas sociales a través de la escritura.

Hoy día el medievalismo occidental ha llegado a niveles de conocimiento sólidos, donde la conjunción de enfoques u objetos historiográficos producen maravillosas obras sobre la cultura medieval, es decir, sobre la forma en que el hombre medieval entendía el mundo en el que vivía. Un momento de singular importancia fue el siglo XII. Como podemos leer en las páginas del libro de George DUBY titulado San Bernardo y el arte cisterciense (el nacimiento del gótico) (Versión española. Taurus: Madrid, 1936, 4ª edición), el siglo XII fue una época de grandes cambios, materializados en diferentes fenómenos, como el cambio de importancia del monaquismo frente a la catedral o la colegiata, es decir, el paso de un mundo completamente ruralizado hacia el despertar urbano general. En este contexto una nueva sensibilidad se gestaba, como el arte gótico, que surgía a partir del románico, así como el reformismo cisterciense evolucionaba a partir del boato benedictino y gregoriano, comparando la gestación de la nueva orden cisterciense y a San Bernardo, frente a las prácticas de los cluniacenses benedictinos. La escuela episcopal cedía paso a la escuela urbana, preludio de las universidades; de la misma manera que la gramática y la retórica daban paso a las nuevas corrientes de la filosofía platónica y aristotélica de la mano de nuevos textos recién traducidos; de manera que tenemos a un Aristóteles con matices según nos acerquemos a través de Santo Tomás o de Avicena.

El siglo XII lo observamos hoy día como una “época puente” en la evolución del largo período medieval occidental. La institución espiscopal jugó un importante papel, tanto como un poder político y temporal, así como por su labor pastoral e influyente en las comunidades humanas de su entorno. Por ello, comentamos dos obras que consideramos sumamente interesantes por sus aportaciones en el campo de la diplomática medieval así como a la metodología del tratamiento de las fuentes escritas medievales de esta época de transición interna de la civilización medieval occidental.

Estas dos obras ofrecen datos sobre la actuación de los obispos en el importante período de la reforma gregoriana. Son prueba de la actuación de las cancillerías episcopales, que en el caso de Laón estaba en manos de los maestros de su escuela catedralicia.

Tratamos sobre dos formas paralelas de edición de fuentes documentales. El registro de Arrás es un registro de documentos recibidos y emitidos, que tiene también características de los códices misceláneos así como de los cartularios, con la compilación de textos de distinta naturalesa compilados en un mismo volumen, facilitando su acceso y consulta. El segundo caso es una edición de documentos pertenecientes a la cancillería episcopal de Laón.

Este artículo se puede completar con el editado el día 29 de Octubre 2007 en este “blog” de Cartularios Medievales dedicado al registro de cartas del obispo de Gerona (Cataluña, España) del siglo XIV.

El Registro de Lamberto, obispo de Arrás (1093-1115)

Ha sido traducido y editado por C. Giordanengo en el año 2007, dentro de la colección Sources d’histoire médiévale, 34, de la editorial del CNRS francés.

El registro fue mandado compilar por Lamberto de Guînes, obispo de Arras entre 1093 y 1115, y se enfoca como único en su género. Consiste en una recopilación de textos, que han sido transmitidos a través de dos copias del siglo XVII, y fue comenzado después de la restauración del obispado de Arrás. Los textos compilados narran las vicisitudes de esta restauración, que contó con vivas oposiciones, y todos están destinados a mostrar la actividad del nuevo prelado.
La relación sumaría sería la siguiente:

  • Se encuentran documentos de naturaleza diversa, mezclados con los textos oficiales, compilados para establecer la legitimidad.
  • En este contexto, los intercambios epistolares tienen un lugar destacado.
  • Reagrupados en función del asunto tratado se encuentran los textos de concilios en los que el obispo participó, particularmente el de Clermont de 1095.
  • La absolución del rey Felipe I tras su adulterio, que fue confiada a Lamberto.
  • Las cartas y los privilegios acordados con los abades.
  • Documentos concernientes a los litigios entre instituciones eclesiástica.

La serie de la recopilación es muy homogénea, de hecho, la correspondencia emitida (activa) y recibida (pasiva) del obispo, unas 132 epístolas, se compilan siguiendo un orden más o menos cronológico, cubriendo toda la duración del episcopado.

Esta rica fuente documental permite diseñar un cuadro completo sobre la Iglesia en la provincia de Reims y de la sociedad láica del norte de Francia a comienzos del siglo XII y, también permite aportar un ejemplo concreto de la lucha por la Reforma del clero, impregnada de cultura canónica, en una palabra, sería el “espejo” de un obispo gregoriano.

Claire Giordanengo es una antigua alumna de la Escuela normal superior, en la actualidad conservadora de bibliotecas, así como profesora agregada de Universidad como archivista y paleógrafa.

Esta edición es una versión modificada de su tesis en l’École des chartes.

Índice de la obra

· Agradecimientos.
· El Codex Lamberti.
· Manuscritos y ediciones.
· Manuscritos y normas de la presente edición.
· Bibliografía selectiva.
· Gesta.
· Concilios y asambleas.
· Absolución de Felipe i.
· Privilegios.
· Querellas entre los canónigos de Tournai y los monjes de Saint-Martin.
· Derechos parroquiales de la Iglesia de Arras.
· Correspondencia emitida y recibida por Lamberto.
· Relación de textos del registro.
· Los corresponsales.
· Concordancias con las ediciones de L. Kéry, B.-M. Tock y PL.
· Índice onomástico.
· Índice topográfico.
· Índice de materias.
· Índice de citas bíblicas.
· Índice de citas anunciadas.

Referencia bibliográfica

C. GIORDANENGO (éd.): Le Registre de Lambert, évêque d’Arras (1093-1115). París : CNRS éditions, 2007 (Sources d’histoire médiévale, 34). ISBN 978-2-271-06358-8.
[ http://www.irht.cnrs.fr/publications/shm34.htm ]

Documentos de los obispos de Laôn desde los orígenes hasta 1151.

Esta es una obra rica en enseñanzas sobre la vida económica, social y religiosa de la región del Laonnois, y muestra el papel jugado por los obispos de Laon en la aplicación de la reforma gregoriana.

Se centra particularmente en la actuacion de Bartolomé de Joux, el restaurador de la paz después de los problemas de la Comuna. Este personaje, que era amigo de Bernardo de Clairvaux y de Norberto de Xanten, implantó, en su diócesis, a los Cistercienses y permitió el asentamiento de los Premonstratenses.

Entre 857 y 1151, se promulgaron 322 documentos por los obispos de Laón, de los que el 30% se han conservado en su forma original, mientras que los otros han sido transmitidos mediante copias en cartularios medievales o en ediciones de eruditos. Las actas emitidas salieron esencialmente de la cancillería episcopal dirigida por los ilustres maestros de la escuela catedral. El mismo Bartolomé de Joux, obispo de Laón entre 1113 a 1151, produjo 261 documentos.

Annie Dufour-Malbezin investiga sobre la documentación de los siglos XI-XII en la sección de diplomática del IRHT (Institut de Recherche et d’Histoire des Textes). Es miembro del grupo de investigación del CNRS sobre documentos episcopales.

Referencia bibliográfica

Annie DUFOUR-MALBEZIN: Actes des évêques de Laon des origines à 1151. Paris : CNRS éditions, 2001 (Documents, études, répertoires, 65).
[ http://www.irht.cnrs.fr/publications/actes_dufour.htm ]

Madrid, 16 de noviembre 2008

Alfonso Sánchez Mairena









13 noviembre, 2008

EL “LIBER FEUDORUM MAIOR” (siglo XII). CARTULARIO LAICO EXPRESIÓN ESCRITA DEL PODER DE LOS CONDES DE BARCELONA

The “Liber Feudorum Maior”. Lay cartulary as a written expression of power of the Counts of Barcelona (XIIth century).
Le “Liber Feudorum Maior”. Cartulaire laïque comme l'expresion écrite des Comtes de Barcelone (XIIéme siécle).


El "Liber feudorum maior", el cartulario de los condes de Barcelona de finales del siglo XII, es uno de los más tempranos cartularios laicos supervivientes y un raro ejemplo de cartulario iluminado. Sin embargo, muchos de los originales se han perdido, su moderno editor pudo usar algunos fragmentos documentales supervivientes y tempranos registros para reconstruir su contenido: cerca de novecientos documentos simples en dos volúmenes.
Tratando sobre esta reconstrucción, A. J. Kosto aborda en este artículo la datación del cartulario, su composición, su organización y sus funciones. Junto a cada una de estas cuestiones, la inclusión de muchos folios en blancos en los dos volúmenes originales suponen una prueba significativa.
Consideradas conjuntamente, la organización del cartulario y su programa pictórico distintivo, que incluye algunas de las descripciones más tempranas de la ceremonia del homenaje en Europa, revelan que el "Liber feudorum maior" no es una simple herramienta administrativa, sino una expresión escrita del poder.

Bibliografía
Adam J. KOSTO: “The Liber Feudorum maior of the counts of Barcelona: the cartulary as an expression of power”, Journal of Medieval History, vol. 27, nº 1, marzo 2001, pp. 1-22.
Adam J. Kosto es profesor del Departamento de Historia de la Universidad de Columbia (Nueva York).

Traducción del resumen
Alfonso Sánchez Mairena
Cuerpo Facultativo de Archiveros

07 noviembre, 2008

EL "LIBRO DE LA REINA ESTHER". MANUSCRITO JUDÍO DE LOS SIGLOS XIV-XV. ARCHIVO HISTÓRICO NACIONAL

"The Book of the Queen Esther". Hebrew manuscript of the XIVth-XVth Centuries. Spanish National Archive (Madrid, Spain).
"Le Livre du la reine Esther". Manuscrit juif du le XIVéme-XVéme siécles. Archive Historique National (Madrid, Espagne).

El Archivo Histórico Nacional (Madrid, España) ha comenzado una nueva línea de difusión electrónica mediante la noticia de documentos significativos que se encuentran digitalizados y accesible a través de PARES (Portal de Archivos Españoles: http://pares.mcu.es/).

Transcribimos la noticia difundida por este importante archivo a través de la página Web de los Archivos Estatales del Ministerio de Cultura (http://www.mcu.es/archivos/index.html) en la serie "Pieza del Mes".

El ciclo “La Pieza del Mes”, que tiene por finalidad difundir sus fondos documentales, mediante la exposición periódica de algunos de sus documentos más representativos, bien por su contenido histórico, por las características de su soporte o porque hayan sido sometidos recientemente a un proceso de restauración. Éstos se expondrán en el vestíbulo de entrada del Archivo, junto a paneles y folletos informativos, para que puedan ser contemplados por usuarios y visitantes.
La pieza del mes de noviembre es una reproducción fotográfica de "El Libro de la Reina Ester", que constituye en sí mismo una joya, dada la escasez de documentos medievales hebreos que han llegado hasta nosotros, en general, y de tipo religioso, en particular. Se trata de uno de los libros del Antiguo Testamento y destaca por su marcado carácter histórico.


(SIGNATURA) AHN. CÓDICES, L. 1423
"El libro de la Reina Ester"
siglos XIV-XV
Rollo de pergamino en soporte de madera.
Hebreo. Escritura sefardí cuadrada.
230,5 x 11,3 cm.

Dentro de los tesoros documentales conservados en el Archivo Histórico Nacional, se encuentra el Libro de la Reina Ester, que constituye en sí mismo una joya, dada la escasez de documentos medievales hebreos que han llegado hasta nosotros, en general, y de tipo religioso en particular. Se trata de uno de los libros del Antiguo Testamento y destaca por su marcado carácter histórico.

Relata los hechos que sucedieron en el siglo VI a.C., en Persia, donde vivía una numerosa comunidad judía, cuya existencia pendía de la voluntad de sus dirigentes políticos y religiosos. En aquel momento, el rey Assuero de Persina, que había destronado a su esposa, ordenó a sus ministros que le buscaran una sustituta, acto que se realizó a través de un concurso para elegir a la doncella más bella. Paralelamente, uno de los ministros del Rey, Amán, hombre profundamente antíjudío, acusaba a éstos de ser traidores al Imperio y preparaba un edicto de exterminio contra ellos. Amán no toleraba a Mardoqueo, personaje muy cercano al Rey persa y que además era judío, ya que éste no se inclinaba ni arrodillaba ante el Ministro. Por su parte, Mardoqueo convenció a su sobrina, Ester, para que se presentara al concurso del cual debía salir la futura esposa del rey, a condición de que no revelara su origen judío. Ester fue elegida como futura reina. Acto seguido, en un banquete, Ester reveló al rey su origen hebrero, pidiendo protección para ella y para todos los suyos. El día 15 de Adar el Rey suspendió el edicto contra lso judíos, y este día se convirtió un en una fiesta para el peublo hebreo.

En definitiva, el libro explica el origen y significado de la fiesta del Purim, que quiere decir "suerte" o "destino". durante la celebración de esta festividad se lee el libro de Ester en la sinagoga con su tradicional salmodia. Es una fiesta alegre, donde abunda la comida, los dulces, el intercambio de regalos y se reparten ofrendas entre los más necesitados y pobres, tal como hizo Ester.

El origen de este documento no está claro, bien pudiera proceder de una colección particular o de algún archivo donde se conservase documentación de carácter religioso o de alguna institución judía que tuviera documetnos de carácter histórico. Llegó al Archivo Histórico Nacional, donde se encuentra desde finales de los años 30 del siglo pasado, a través del Servicio de Recuperación, y pasó a formar parte de la Sección de Códices. En cualquier caso, se trata de una obra de gran valor, cuyo estado de conservación es magnífico, pudiendo ser consultado en PARES (http://pares.mcu.es), donde está disponible su imagen digital.


BIBLIOGRAFÍA

Francisco Javier DEL BARCO: "Catálogo de manuscritos hebreos de la Comunidad de Madrid". Vol. 2. CSIC, Madrid, 2004.

Mariano GÓMEZ ARANDA: "Dos comentarios de Abraham ib Ezra al libro de Ester". Madrid: CSIC, 2004.

Archivo Histórico Nacional

Más información

El texto religioso del "Libro de Ester" es uno de los libros del Antiguo Testamento y del Tanaj. En la Biblia católica está contenido entre el "Libro de Judit" y "Macabeos I". En cuanto a su redacción originaria fue concebido en lengua aramea canónica, con posteriores adiciones en griego, consideradas como "deuterocanónicas" para los católicos y "apócrifas" para los protestantes.

El "Libro de Ester" es un libro dotado de contenido histórico, dado que en su original hebreo tiene la finalidad de explicar a los fieles el origen de l fiesta del "Purim", mientras que las adiciones griegas posteriores exalta el poder de Dios a fin de solidificar la confianza del pueblo hebreo en el triunfo final, especialmente en sentido militar.

Aunque la tradición atribuye la autoría del "Libro de Ester" al profeta Esdras, como otros casos de ese período, tiene autoría apócrifa.

Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Libro_de_Ester

Alfonso Sánchez Mairena
Madrid

24 octubre, 2008

NUEVO CAMPO DE INVESTIGACIÓN: LOS CARTULARIOS Y LA CARTULARIZACIÓN, propuesta de Pierre Chastang

A new Researching Field: Chartularies and the “chartularization”, a propossal by Pierre Chastang.
Un nouveau champ de recherche: les Cartulaires et la cartularisation, par Pierre Chastang.

En el año 2006, el investigador francés Pierre Chastang publicó un artículo titulado “Cartulaires, cartularisation et scripturalité médiévale: la structuration d’un nouveau champ de recherche”. En él traza las etapas de la estructuración de un nuevo campo de la investigación histórica, consagrado a los cartularios y a la “cartularización”.

Los cambios heurísticos que han tenido lugar a lo largo de los últimos decenios del siglo XX, han conducido a una redefinición de las relaciones entre el historiador y sus fuentes y a la aparición de un cuestionario específico sobre las prácticas sociales de la escritura. En este contexto, los cartularios han sido progresivamente objeto de estudios que toman en cuenta su doble dimensión diplomática y memorística.

Este acercamiento renovado se nutre de los trabajos anglosajones sobre la literalidad (“literacy”), y las tendencias alemanas sobre la memoria y la escritura (“Schriftlichkeit”).
Las corrientes inglesas sobre la “Literalidad” han sido utilizadas por Chastang en su libro sobre cartularios en el Bajo Languedoc (“Lire, écrire, transcrire. Le travail des rédacteurs de cartulaires en Bas-languedoc (XIe-XIIIe siècles)”. Paris, 2001), cuyas conclusiones han sido traducidas y expuestas en este “blog” sobre cartularios medievales (artículo publicado el 4/02/2008). Ahí podemos observar, la relación de los denominados “secondary records” por autores británicos como Patrick Geary, contrastados con la realidad de los “Kopialbücher” germánicos.

A partir de las apreciaciones de P. Geary acerca de constatación en el contexto de la reforma gregoriana a lo largo del siglo XI de la necesidad de las instituciones eclesiásticas de sondear su propio pasado, rebuscando en los archivos disponibles, los clérigos, “profesonales de la escritura y de la lectura”, dirigieron su mirada a los documentos de los archivos que sirvieron como base para la elaboración de narraciones que rememoraban la memoria de una institución. Y según las apreciaciones de Chastang en el Bajo Languedoc francés, a finales del s. XI se constaba un paralelo movimiento de restauración de diezmos y de iglesias en las distintas diócesis, que se convirtió en el fundamento o fuente documental, o mejor dicho, de memoria escrita para la elaboración de amplios programas de cartularios en las instituciones catedralicias fundamentalmente a lo largo del siglo XII.

Para Chastang hay una estrecha relación entre el trabajo de organización archivística que se suscitaba en los medios monásticos y catedralicios, que le llevan a interrogarse sobre el acto de ordenar la escritura de la memoria de la comunidad mediante la elaboración de los códices. La escritura de los cartularios mantenía un estrecho vínculo con otras producciones textuales de sur de Francia, que buscaron y usaron relatos hagiográficos, crónicas o textos literarios para su compilación. Y en este sentido, surge la renovación metodológica, al plantearse la superación del corsé del respeto exclusivo a la tipología documental tradicional diplomática que tradicionalmente impedía a los historiadores tener en cuenta estas relaciones intertextuales.
En cuanto al concepto “Literacy”, consiste en una definición del ámbito de la cultura escrita anglosajona que la considera como la habilidad para leer y escribir, o la habilidad parar usar el lenguaje y para leer, escribir, escuchar y hablar. En la actualidad, el término “Literacy” se refiere a la lectura y la escritura como adecuado nivel para la comunicación, permitiendo a cualquiera comprender y comunicar ideas en una sociedad letrada (“literate society”), de forma que se pueda participar en esa sociedad.

FUENTES

CHASTANG, Pierre: “Cartulaires, cartularisation et scripturalité médiévale: la structuration d’un nouveau champ de recherche”, Cahiers de civilisation médiévale, vol. 49, nº 193, 2006, pp. 21-32.

CHASTANG, Pierre: Lire, écrire, transcribe. Le travail des rédacteurs de cartulaires en Bas-Languedoc (XIème-XIIIème siècles). Paris: CTHS, 2002.


Alfonso Sánchez Mairena
Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos
Madrid

11 julio, 2008

CONGRESO ESCRIBANOS CASTILLA (siglos XV-XVII)

LOS ESCRIBANOS EN LA MONARQUÍA HISPÁNICA (SIGLOS XVI-XVII). CONGRESO INTERNACIONAL LITTERAE XI

Fechas y lugar de celebración: 10, 11 y 12 de septiembre de 2008. Círculo de Bellas Artes de Madrid, Sala María Zambrano.

Organizan:
- Proyecto de I+D+I: El oficio de escribano en Castilla en el Siglo de Oro: poder, memoria y cultura escrita. MEC (Ref.: HUM2005-06621/HIST).
- Litterae. Seminario sobre Cultura Escrita. Universidad Carlos III de Madrid/Universidad de Alcalá.

Colaboran:

- Departamento de Humanidades: Lingüística, Literatura, Historia y Estética. Universidad Carlos III de Madrid.
- Vicerrectorado adjunto de Cursos de Humanidades. Universidad Carlos III de Madrid.
- Ministerio de Educación y Ciencia. Dirección General de Investigación (Acción Complementaria de Investigación, Ref.: HUM2007-30983-E/HIST).
-Círculo de Bellas Artes de Madrid.
-Consejo General del Notariado


Presentación:

Este Congreso sigue la trayectoria de los seminarios y congresos que viene organizando Litterae. Seminario sobre Cultura Escrita desde 1997, tanto en la Universidad Carlos III de Madrid como en el Círculo de Bellas Artes de Madrid donde, en esta ocasión, se celebrarán también las sesiones. Los encuentros celebrados han pretendido ser siempre un lugar de encuentro y de debate académico sobre las cuestiones presentadas. También en esta ocasión buscamos privilegiar ese aspecto, abriendo aún más la participación con la recepción de comunicaciones.

En esta ocasión, el Congreso está organizado conjuntamente por el Seminario Litterae y por el Proyecto de investigación El oficio de escribano en Castilla en el Siglo de Oro: poder, memoria y cultura escrita, que marca la temática específica del mismo. Presentaremos en él, pues, algunos aspectos esenciales sobre la Cultura escrita, la administración y el poder, y las relaciones sociales en los siglos XVI y XVII, a través de una figura y un oficio fundamental en la época: el escribano, intermediario cultural y administrativo imprescindible, pieza clave en las redes sociales y clientelares, fedatario público, con un papel determinante en la imposición de una cultura de lo escrito y en el control y conservación de la memoria.

Para ello, se darán a conocer algunas de las principales líneas de trabajo a través de destacados especialistas nacionales e internacionales de distintas disciplinas y se adelantarán algunas de las conclusiones del citado grupo de investigación integrado por profesores de la Universidad Carlos III de Madrid y de la Universidad de Alcalá.

Dirección de información y contacto: escribanos.litteraeXI@uc3m.es

Certificado de asistencia: Se dará certificado de asistencia a quienes se inscriban –gratuitamente- y acudan a las sesiones del Congreso.

Comunicaciones:

Se admitirán comunicaciones en cada una de las 5 sesiones del Congreso.

Pueden presentarse enviando datos del autor, título, palabras clave, resumen y sección a la que se presenta a la dirección de contacto entre el 1 de mayo y el 15 de junio.

Las comunicaciones seleccionadas recibirán notificación a partir del 30 de junio y habrán de presentar un texto de entre 10 y 15 páginas en la fecha de su intervención en el Congreso.

PROGRAMA:

MIÉRCOLES, 10 de septiembre de 2008

1. Antecedentes y líneas de trabajo (10’00 – 14’00 h.)

1.1. «Lo privado en lo público: documentos y notarios en Castilla entre los siglos XV y XVI»
Profª Drª Mª Luisa Pardo
Universidad de Sevilla
1.2. «Principales líneas de estudio»
Grupo de investigación sobre escribanos
Universidad Carlos III de Madrid/Universidad de Alcalá
1.3. Comunicaciones y debate

2. Diversidad de un oficio, pluralidad de prácticas y funciones (16’00 – 20’00 h.)

2.1. «Prácticas y funciones de los escribanos públicos castellanos en el siglo XVI»
Profª Drª Alicia Marchant
Universidad de Málaga
2.2. «Los oficios de escribano en la Corona de Castilla en el Siglo de Oro: tipología profesional y sociología de sus cuadros»
Prof. Dr. Miguel Ángel Extremera
Universidad de Fatih (Estambul, Turquía)
2.3. Comunicaciones y debate


JUEVES, 11 de septiembre de 2008

3. Dimensión y proyección social del oficio de escribano (10’00 – 14’00 h.)

3.1 «Los escribanos a través de la tratadística y la literatura del Siglo de Oro»
Prof. Dr. Enrique Villalba
Universidad Carlos III de Madrid
3.2 «Escrituras de navegación a las Indias: el Estilo nuevo (1645) de Tomás de Palomares»
Prof. Dr. Pedro Rueda
Universidad de Barcelona
3.3 Comunicaciones y debate

4. Escribanía, poder e influencia (16’00 – 20’00 h.)

4.1. «El escribano de corte y el control social en Madrid (1606-1704)»
Prof. Dr. Olivier Caporossi
Universidad de Pau (Francia)
4.2. «Escribanos y poder en la América colonial»
Profª Drª Tamar Herzog
Universidad de Standford (Estados Unidos)
4.3. Comunicaciones y debate


VIERNES, 12 de septiembre de 2008

5. El control de la memoria y de la escritura (10’00 – 14’00 h.)

5.1. «Los archivos de protocolos, depositarios de la memoria colectiva»
Dr. Laureà Pagarolas
Archivo Histórico de Protocolos de Barcelona
5.2. «Cultura escrita y escribanos en el Siglo de Oro»
Prof. Dr. Antonio Castillo
Universidad de Alcalá
5.3. Comunicaciones y debate


Fuente: comunicación de Miguel Gómez Vozmediano [Sección Nobleza del Archivo Histórico Nacional (Toledo) / Universidad Carlos III (Madrid)]

Madrid, 11 de julio de 2008.

Alfonso Sánchez Mairena
Madrid

10 junio, 2008

DIGITALIZACIÓN DEL "BECERRO DE LAS BEHETRÍAS" DE CASTILLA

Difusión en PARES del "Becerro de las Behetrías" de Castilla (siglo XIV), conservado en el Archivo General de Simancas (Valladolid, España) / Digitazation of the medieval census "Becerro de las Behetrías", codex from the XIVth century of Castille (Spain), preserved in the General Archive of Simancas (Valladolid), now spreaded in PARES, the web portal spreading tool of the State Archives of the spahish Ministry of Culture / Digitalisation du livre de rencensements dénomme "Becerro de las Behetrías" de Castille (XIV siécle), conservé dans l'Archive Générale de Simancas (Valladolid), maintenat diffusé au PARES, le portal web des Archives Estatales espagnoles du Ministére de Culture.

Desde la recién inaugurada listra de distribución del Portal de Archivos Españoles (PARES), http://pares.mcu.es/, nos ha llegado esta interesante noticia sobre el Becerro de las Behetrías, que reproducimos seguidamente.

El original de las Behetrías de Castilla incorporado a PARES

Las Behetrías de Castilla o Libro Becerro de las Merindades de Castilla es un censo de mediados del siglo XIV de unas dos mil poblaciones castellanas agrupadas en las distintas merindades existentes al norte del río Duero, esto es, sobre un territorio que abarca las actuales provincias de Palencia, Burgos, Cantabria y parte de las de Valladolid, Soria, La Rioja y Álava. En este libro se indica desde el nombre del lugar, su estatuto jurídico: realengo, solariego, abadengo, behetría, encartación o mixto, si está poblado o hasta la cuantía de las distintas prestaciones campesinas que se debían satisfacer por regalía o por derecho señorial.

El Archivo General de Simancas (AGS) custodia este códice en su sección de Patronato Real (Caja 93, Doc. 18), así como una copia realizada en 1591 en el fondo de Cámara de Castilla, en la serie de Diversos de Castilla (Leg.7, doc. 1). El AGS, a través de PARES, pone a disposición de investigadores y usuarios en general la digitalización del códice original escrito en letra gótica precortesana.

Contexto histórico

La behetría es una modalidad de señorío, que convivió con otras formas como el eclesiástico, el solariego o el realengo. Mediante la behetría, una población y en definitiva sus vecinos, tenían derecho a elegir a su señor y pactar las condiciones de su encomienda, esto es, las prestaciones a cambio de protección. Esta forma de señorío, predominante en el Reino de Castilla, fue deformando su carácter originario; primero, al perder las comunidades campesinas su capacidad para escoger al señor, y, más tarde, su capacidad para concertar las condiciones de su encomienda. En definitiva, se asiste a un proceso de patrimonialización por parte de la nobleza que los equipara a sus respectivos señoríos solariegos. Si el Ordenamiento de Alcalá (1348) vino a certificar esta situación desfavorable para los hombres de behetría, las Cortes de Valladolid (1351) fueron el escenario donde se debatió el reparto de los lugares de behetría por parte de los nobles del reino en el contexto de la crisis bajomedieval, agravada aún más por el desplome demográfico motivado por la irrupción de la peste negra.Pedro I (1350-1369) mandó confeccionar el Becerro de las Behetrías de acuerdo a lo dispuesto en las mencionadas Cortes. La alta nobleza solicitó que, ante la caída de la renta feudal, se hiciera una averiguación general sobre los derechos y pechos que tanto su clase como el rey tenían. Los especialistas sostienen que esta pesquisa general se realizó en para toda la Corona entre el otoño de 1351 y agosto de 1352. Sin embargo, sólo se ha conservado el padrón perteneciente a la jurisdicción del merino mayor de Castilla, esto es, las tierras del norte de Duero, pero de la de la cual se excluyeron las merindades fronterizas con los reinos de Navarra y Aragón. De igual manera, hay que señalar que este censo tampoco es exhaustivo, tanto desde un punto de vista geográfico, al no recoger todos los lugares existentes, como desde una perspectiva socioeconómica, al no reunir todas las rentas, pechos y derechos devengados por la clase feudal.

Pese a estos inconvenientes, este censo es una fuente documental de primer orden para conocer la realidad del mundo rural castellano, justo cuando la depresión económica se estaba mostrando con toda su crudeza, la peste negra irrumpía de manera decidida en escena y la guerra entre el poder real y la alta nobleza empezaba ya dibujarse en el horizonte.

Existencia y localización de copias

El Archivo de la Real Chancillería de Valladolid custodia una copia de finales del s. XV en el fondo Secretaría del Acuerdo. Signatura: Pergaminos. Caja 93.1.

El Archivo Histórico Nacional guarda también entre sus fondos otra copia, ésta del siglo XVIII, en la colección de Códices y Cartularios (L. 219). Esta transcripción está igualmente digitalizada y disponible en PARES.

Del Becerro de las Behetrías hubo en su día copias en poder de las grandes familias nobiliarias que tenían propiedades y derechos en las poblaciones relacionadas en este códice. Así lo sabemos por una referencia que existe en PARES proporcionada por la base de datos descriptiva de la Sección Nobleza del Archivo Histórico Nacional (Toledo). Por la signatura FRIAS,C.0,D.34, sabemos que en su día hubo en el antiguo archivo de los Duques de Frías una copia de este importante códice. Aunque el documento aparece en distintos instrumentos de descripción, el códice nunca ingresó en este archivo, sino que quedó en posesión del duque de Frías.
Nota de publicaciones

El ciudadano medio puede acceder a una trascripción del becerro en una publicación, cuya edición crítica y estudio preliminar es también de gran utilidad para el investigador especializado. Datos bibliográficos:

Libro becerro de las behetrías. Estudio y texto crítico por Gonzalo Martínez Díez. León: Centro de Estudios e Investigación San Isidoro, 1981. 3 v. Colección Fuentes y Estudios de Historia Leonesa, nº 24-26. ISBN 84-00-04722-2. Signatura de la Biblioteca del CIDA: nº 1998.
Existen ejemplares de esta edición a disposición del público interesado en las bibliotecas auxiliares del Archivo Histórico Nacional, Archivo General de Simancas y Archivo de la Real Chancillería de Valladolid.

En el Catálogo Colectivo de la Red de Bibliotecas de los Archivos Estatales (REBAE), realizado por Centro de Información Documental de Archivos (CIDA), se pueden localizar hasta 19 monografías y artículos sobre la institución de las behetrías y sobre este códice. El catálogo de la REBAE es accesible en la web de los Archivos Estatales dentro de la sección “Bases de Datos” (URL: http://www.mcu.es/archivos/CE/BaseDatos.html).

Cómo realizar la búsqueda en PARES

Para acceder a la descripción y visualizar estos documentos existen varios métodos:

1. Inventario Dinámico de Contenidos

A través de este Inventario, el usuario puede navegar manualmente con el ratón por los contenidos de cada archivo, a través de su cuadro de clasificación y combinar operaciones de búsqueda mediante filtrado.

- Seleccionar el Archivo General Simancas.- Operar en el apartado de “Árbol Dinámico de Contenidos”.- Ir a “Colecciones” y seleccionar “Patronato Real”.- Navegar por el listado alfabético de series hasta “Behetrías de Castilla”.- Si se pulsa con el ratón sobre “Contiene” se accede a las unidades de descripción e imágenes vinculadas.

- Para acceder a la información y a las imágenes, en este caso, necesariamente hay que acceder a cada registro descriptivo y desde el mismo pulsar sobre “Imágenes” para acceder a las mismas.

- Cuando las unidades descriptivas no tengan asociado el icono de la cámara fotográfica significa que el archivo todavía no ha vinculado la imagen digitalizada.

2. Buscador (Búsqueda sencilla / Búsqueda avanzada)

Hay que escribir directamente en el campo “Texto” la siguiente cadena de palabras: Becerro Behetrías. El sistema ofrece una pantalla con los resultados, localizados en el AHN, SN-AHN y AGS.En la Búsqueda Avanzada, además de la orden de búsqueda indicada, se puede restringir la búsqueda por archivo o signatura.

- Cuando se ha llegado a la lista de resultados, desde cualquiera de los dos tipos de búsqueda, se abre una nueva pantalla en la que podemos acceder a la información de la ficha descriptiva de los documentos pulsando con el ratón sobre el registro del listado por “Título” que se desee.- A las imágenes digitalizadas se accede de dos formas. La primera, pulsando directamente con el ratón sobre el icono de la cámara fotográfica que aparece a la derecha del listado. La segunda, desde la ficha de cada unidad documental, pulsando sobre el botón “Imagen” que aparece en la parte superior derecha.- Dentro de la pantalla de visualización de imágenes, se pueden hacer ampliaciones, rotaciones, cambios de contraste, impresión y exportación.

Alfonso Sánchez Mairena
Madrid, 9 de junio de 2008.

05 mayo, 2008

VOZ "CARTULARIO". DEFINICIÓN BILINGÜE DE 1845

He aquí una definición de un diccionario enciclopédico español-frances del siglo XIX, que recoge las distintas acepciones de la voz Cartulario. Destaca por ofrecer una definición polisemántica distinta a otros diccionarios, incluso especializados en temas documentales.

"Chartulaire, s.m. Char-tu-lé-r. Cartulario; libro tercero, la colección de títulos y privilegios de una comunidad ó abadía. // Cartulario; el que presidía los juicios en lugar del papa y que guardaba los títulos y privilegios de la Iglesia. // Cartulario; miembro del clero que tenía cuidado de los títulos, codicilos, libros de cuenta y razón, y de los demas libros usados por los lectores y chantres."

(Fuente: DOMÍNGUEZ, Joaquín (dir.): Diccionario Universal Francés - Español, por una sociedad de profesores de ambas lenguas. Vol. I. Madrid: Imprenta de la Viuda de Jordán, 1845, p. 468).

Esta definición ofrece varias pistas sobre las que abundar en los análisis sobre nuestros cartularios:

a) "Libro Tercero", relacionable especialmente con la función jurídica de los cartularios; especialmente, de los Tumbos, donde recientemente Adriaan Keller ha reflexionado sobre esta función a partir de repasar los testimonios escritos en la Península Ibérica (A. KELLER: "El 'Becerro' vices gerens: con el ternero a la magistratura", en M.ª Val GONZÁLEZ DE LA PEÑA (ed.), Estudios en memoria del Profesor Dr. Carlos Sáez, Alcalá de Henares (Madrid): Universidad de Alcalá, 2007; pp. 439-465). Esta línea nos lleva a profundizar en las funciones de nuestros cartularios, sobre la frontera entre el mero códico, la función jurídica y administrativa, y la utilidad archivística de este instrumento, a la vez "catálogo" o "inventario" de un archivo, o "copia" o "archivo" de seguridad del mismo, como ha postulado el Prof. Carlos Sáez.

b) Orígenes y tradiciones que dan lugar a la confección de cartularios en la Edad Media. ¿Los cartularios aparecen simultáneamente en todo el Occidente medieval como producto de una institución o tradición documental concreta, especialmente pontificia? ¿Existe un solo punto creador a partir del cual se expande su compilación?, o, más bien, ¿el cartulario es un códice polifuncional producto de distintas tradiciones documentales y administrativas a partir del Derecho Romano clásico, que propicia usos y funciones de códices jurídicos, administrativos y archivísticos de forma paralela y que conocemos como "cartulario"?

c) Relación entre la compilación de un cartulario y la función documental de las instituciones eclesiásticas medievales indicadas en la definición.

En este sentido, no está demás recordar la indicación de F. Nabot y Tomás (un resumen en este blog) cuando menciona un testimonio altomedieval que habla de los Chartarum tomi. Y el análisis sobre la función archivística de los cartularios hecha por C. Mendo Carmona (2006).

Son variadas las líneas de investigación... ¿tantas como funciones de estos códices?

Madrid, 5 de mayo de 2008.

Alfonso Sánchez Mairena
Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos
Madrid

04 febrero, 2008

CONCLUSIONES DE PIERRE CHASTANG EN SU OBRA SOBRE LA REDACCIÓN DE CARTULARIOS EN EL BAJO LANGUEDOC (Francia, siglos XI-XIII)

Conclusion générale du Pierre Chastang au son oevre sur la rédaction de cartulaires au Bas-Languedoc (France, siécles XI-XIIIe).
General conclusions of Pierre Chastang in his book about the writting of cartularies in the Bas-Languedoc (France, XI-XIIIth centuries)


Introducción

Presentamos seguidamente una traducción libre de las conclusiones de la obra de Pierre Chastang, uno de los últimos y más conseguidos trabajos sobre el mundo de los cartularios. Chastang trabaja sobre una serie de códices creados en diferentes fases entre los siglos XI y XIV en esta región meridional de Francia. Enfoca los cartularios, no como meros códices diplomáticos, sino como codices en relación a su contexto cultural: el cartulario está en estrecha vinculación con el archivo, uno de los ejes de investigación que comienza a ser valorado por los investigadores; y, sobre todo, como producto escrito en relación con el contexto de las relaciones de poder en las sociedades feudales de su tiempo. Los cartularios estudiados son los producidos fundamentalmente por las iglesias catedralicias y los obispados de Montpellier, Agdé y Marsella. En ellos se verifica la evolución de las prácticas documentales producidas en el entorno del derecho romano visigótico (Liber Iudiciorum), los conflictos provocados por la reforma cluniacense que dieron lugar a la reconstrucción del espacio de las instituciones eclesiásticas mediante una lectura jurídico de los documentos de su archivo; así como el movimiento de reforma de los cabildos catedralicios a partir de las separaciones de las mesas capitular y episcopal en el siglo XII. En este contexto, se estudia la aparición del clérigo o canónigo jurística, fundamento del notariado público o tabelionato de la región a mediados del siglo XII. Chastang analiza como son producto de la expansión de derecho romano vulgar desde Italia hacia el resto de la Cristiandas medieval.

Una lectura nueva para el investigador español consiste en comprobar, a su vez, la tesis de M. Zimmermann sobre las instituciones jurídicas y documentales visigóticas en la zona de Cataluña, donde se asiste a un proceso de iniciativa política de la mano de las instituciones documentales, políticas y sociales, paralelas si no idénticas a las del occidente peninsular. Desde ese punto de vista, ¿no serían equiparables a las iniciativas políticas de expansionismo por parte de los reyes emperadores de Galicia-León-Castilla con las iniciativas de los condes catalanes que desembocan en la dinastía real aragonesa? Instituciones como la renovatio scripturae y las cláusulas de testamentos y otros documentos así lo parecen mostrar. La tradición visigótica es idéntica, pues el midi francés presenta instituciones herederas de la Lex romana wisigothorum muy parecidas a las del Reino de León, como las que vemos en las escrituras de los archivos y cartularios gallegos, que hacen patente la tradición documental e institucional de los hispani frente a los carolingios y a los condes francófonos. Tanto en los condados catalanes como en el Reino de León pareciera que entre los siglos VIII al XI hubo una tendencia a la restauratio de la tradición visigótica.

Antes de pasar a nuestra versión traducida, debemos incidir en la idea de P. Chastang en abordar los cartularios medievales, no como simples registros de documentos copiados o códices diplomáticos, los Kopialbücher de la tradición codicológica medieval europea, sino como secondary records, según las líneas de la investigación anglo sajona. Término que implica una relectura de los documentos, una revisión de la evolución de las cláusulas, de los sistemas de transcripción, del cotejo con los documentos originales que se pudieran conservar en los archivos de las instituciones, y demás relaciones documentales, que ayuden a desentrañar el complejo mundo de evoluciones y relaciones que descansan en los documentos.

Su obra sobre la redacción de cartularios en el Bajo Languedoc francés se esfuerza por no reducir estos códices medievales a simples registros, Kopialbücher en la terminología, sino situar su redacción en el ámbito más amplio de la historia social de las prácticas medievales de la escritura. Chastang indica expresamente que “no existe escrito sin escritura y que la operación de compilación de los documentos no se escapa de estas reglas”.

Traducción

El estudio de P. Chastang se ha construido a partir de tres ejes principales:

  1. La construcción de la memoria de las instituciones eclesiásticas en el contexto de la organización institucional, que desde finales del siglo XI, jugaron un papel esencial.
    La aparición de nuevas formas de concepción del espacio (spacialité) que son inseparables del proceso de encastramento (incastellamento) y de la reforma gregoriana. Estos condujeron a difuminación progresiva de las antiguas estructuras (cadres) heredadas del período carolingio.
  2. La producción, mediante documentos escrito que no son, ni un reflejo de la realidad, simples instrumentos (artefact), de una morfología social.
  3. Chastang constata, como Patrick Geary había subrayado ya en sus trabajos, que una desconocida hasta entonces necesidad de memoria aparece a lo largo del siglo XI. El contexto reformador condujo a las instituciones eclesiásticas a sondear su propio pasado, rebuscando en los archivos disponibles. En la zona meridional de Francia (Midi) esta búsqueda raramento tomó la forma de un relato; y son los instrumenta conservados en el archivo (chartrier) los que llamaban la atención de los clérigos. Cada institución, dependiendo de su propia historia y como consecuencia de sus propias tradiciones memorísticas, es muy distinta, en función de la clasificación de sus cartularios, de su profundidad histórica y de la periodización del pasado a partir del que trabajaban los escribas. Reformar, para los monjes benedictinos, consistía en relacionar el período contemporáneo con una edad dorada, la de su fundación, a la que los escribas se aplicaron a restarurar de la manera más favorable posible. Para ellos, la reconstrucción patrimonial que comenzó a finales del siglo X, mantenía un contínuo diálogo con los tiempos carolingios. Por ello, las referencias al poder imperial y real jugaba un papel central. Encontramos esta omnipresencia del pasado carolingio en los cartularios de los obispados que exhumaban voluntariamente los documentos del siglo IX y del X para apuntalar la posición de la institución comitente en los conflictos por el fraccionamiento de los derechos públicos que surgieron a lo largo del siglo XII. Las conónigos fueron, por sí mismos, hombres sin pasado. El movimiento de restauración de diezmos y de iglesias de la diócesis, que comenzó hacia 1070, determinó la amplitud histórica de los cartularios de los capítulos del siglo XII.

Este trabajo de organización archivística suscitaba en los medios monásticos y catedralicios una interrogación sobre la autoridad que debía acordar la escritura y la memoria de la comunidad en la elaboración de los códices. Intervino una ruptura hacia 1070/80 y es a partir de este período histórico cuando el pasado y los archivos son contemplados. Este trabajo reservaba en un primer momento un lugar importante a la memoria de la comunidad como fuente de autoridad. La necesidad de formalizacón y la búsqueda de autenticidad no son ya sinónimos de respeto al documento original. Todos los documentos conservados en el archivo (chartrier) entraban en la constitución de las agrupaciones documentales (dossiers) de los cartularios y los escribas no eran autorizados, por la elección y la interpolación de documentos, a producir una “síntesis” que garantizara los derechos de la Iglesia. Estos años de 1070/1080, que no representan una ruptura en la realidad de las relaciones sociales, corresponden pues a una época de toma de conciencia por los contemporáneos de los cambios acaecidos durante el siglo precedente. Se asiste ahora a la elaboración de los memoriae de la sociedad feudal. Este esfuerzo desplegado por los hombres del siglo XI para arraigar el presente en un pasado lejano, en gran medida reconstruido, notifica que la ruptura es patente. El movimiento de formalización produjo mientras tanto en su desarrollo importantes transtornos culturales y sociales. La acción de los diferentes grupos es siempre tributaria de esta “realidad” construida por el archivo y por la escritura. Desde este punto de vista, el siglo XII se caracterizaría por una doble evolución: por una parte, se asiste a la generalización, en el contexto del renacimiento del derecho romano, del respeto al documento original, y, por otra parte, a la difusión de la escritura gracias a la emergencia del notariado público. Paralelamente, el valor probatorio del documento escrito se acrecienta en los procedimientos de resolución de conflictos. Los redactores cambiaban generalmente la exhaustividad y organizaban sus agrupaciones documentales según el principio de la genealogía patrimonial.

La redacción de los cartularios testimonia igualmente un esfuerzo de ordenación espacial. El señorío es frecuentemente considerado y construido [apreciése que no se dice reconstruido] por los redactores de los cartularios como una suma de res pertienentes organizados y unificados. Esta afirmación del dominium eclesiástico modifica pronfundamente las relaciones que unían a la Iglesia y a los laicos, así como el lugar y el significado detentados por la donación piadosa. Por otra parte, en este nuevo contexto es cuando la fabricación por los monasterios de modelos de lantidad laica tome todo su sentido; todos ellos contribuyeron a redefinir las relaciones que unían a la aristocracia y la Iglesia. La manera de construir los espacios señoriales por la redacción de los secondary records [expresión de Patrick Geary para los documentos transcritos en los cartularios] varía según que se trate de abadías benedictinas, de capítulos catedralicios o de obispados. Los dispositivos textuales de defensa del patrimonio y los sistemas de descripción de la propiedad eclesiástica no son idénticos. Hacia 1070, en la abadía benedictina de Gellone, las estructuras de división del espacio regional heredadas de la período carolingio continuaron teniendo un lugar central. En el medio monástico, las reliquias y el santo en virtud de los que se habían establecido son consagrados jugando un papel primordial en la descripción de la defensa del patrimonio. Los dispositivos textuales producidos a comienzos del siglo XII lo testimonian. Por el contrario, los canónigos consideraron más sus bienes como los “fragmentos” de la Iglesia universal. Salidos de familias de la nobleza militar (castral), se asimilaban rapidamente a la nueva polarización del espacio inmediato al proceso de encastramiento (incastellamento). La clasificación de sus codices, en virtud de las iglesias restituidas de elementos importantes de la organización del poder local, presenta un espacio encastillado en el seno del cual el territorium castri es la división espacial estructurante. Es así sobre el terreno del derecho cuando los canónigos comenzaron a crear las eficaces líneas de defensa patrimonial. La difusión progresiva del derecho romano en el Bajo Languedoc a lo largo del siglo XII acentuaba una evolución del trabajo de los scriptoria de las abadías benedictinas, aunque más tardíamente, también en su interinidad. A comienzos del siglo XIII, se asiste a nuevos cambio; no en el sentido del contexto jurídico y cultural que surgió progresivamente después de 1150. Los cartularistas no buscaban más censar de manera exhaustiva el conjunto del patrimonio de la institución. El cuidado, frecuentemente expresado en los prefacios, de disponer con el cartulario un duplicado de los documentos, que limita el riesgo de la desaparición de los archivos, no era mostrados más. Cartularios y archivo (chartrier) son frecuentemente conocidos de manera coplementaria. En los cartularios nos aparecen más que los elementos del patrimonio eclesiástico que subsisten de contestación por terceros. Los cartularistas, con profundos conocimientos jurídicos, constituían constituían agrupaciones documentales (dossiers) que defendían los derechos adquiridos por la Iglesia: reagrupan los documentos justificativos y las piezas de los procesos judiciales. Paralelamente, la evolución del señorío y de sus estructuras de prelación conducía a los redactores no solamente a transcribir los documentos de gestión que estarían hasta ese momento abandonados, pero también a acordar un nuevo lugar a los lazos personales en los que el contenido y la naturaleza se precisaban ahora.

La escritura de los cartularios mantenía lazos estrechos con las otras producciones textuales meridionales, que buscaron relatos hagiográficos, crónicas o textos literarios. Un respeto a la tipología documental tradicional prohibía frecuentemente a los historiadores tener en cuenta estas relaciones intertextuales. Esta apertura a la variedad de las “escrituras” documentales y literarias permite no suponer a priori los tipos de producción textuales a los grupos sociales particulares pero restituir, al contrario, las profundizaciones y las “comunidades textuales”. Ests prácticas de la escritura debían ser tomadas como objeto de una historia total que enlaza y no separa las formas culturales del contexto social de su emergencia y de su desarrollo, de manera a no caer ni en una Geistgeschichte ni en la descontextualización consiguiente a ciertas posiciones de la historia cultural anglo-sajona actual. A partir de la década 1070/80, las cartas meridionales se esfuerzan pro describir el mundo y la sociedad contemporáneas y de producir una representación ordenada. La difusión de la cultura jurídica en los medios eclesiásticos meridionales, en particular los capítulos catedralicios, acaba por dotar a los clérigos de un “utillaje mental” que favorecía la deducción de los principios y de los conceptos a partir de la fusión de los hechos y de las situaciones. ¿Cuál es el papel de la imagen de la sociedad que escribas y letrados meridionales se esfuerzan por construir? El escrito es a la fuerza un espejo de las estructuras sociales del período feudal y un artefacto por el cual las cartas organizaban las representaciones que la sociedad se hacía de su propio funcionamiento y de las relaciones de poder que lo organizaban. Existe una eficacia propia del escrito como había remarcado G. Duby en su lección inaugural pronunciada en el Colegio de Francia: “el sentimiento que tenían los individuos y los grupos de su respectiva posición, y las conductas que dicta este sentimiento, no son jamás dictados por la realidad de su condición económica, sino por la imagen que ellos tenían, la cual nunca es fiel, pero siempre templada por el juevo de un conjunto complejo de representaciones mentales”. Los cartularios participan plenamente en la producción de estas “representaciones mentales” referidas por el escrito. La sociedad meridional toma forma pro el trabajo de la escritura. Los espacios, los grupos sociales, los recintos del poder y los modelos de relaciones sociales son inventados y / o activados por la definición de las fronteras y por la puesta en obra de un trabajo memorístico que sondea y reconstruía un pasado en el que el presente se esfuerza en descubrir las justificaciones. Estos son cambios importantes, pero no transtornaron las relaciones de dominación tan profundamente como pretendían los historiadores anglo-sajones de la escritura. Algún grupo clerical distinto no emerge a lo largo del siglo XII y no confisca en su beneficio, por su maestría de la escritura, los mecanismos de producción de una norma social que de las prácticas hasta ese momento consuetudinarias permitirían considerar como más igualiatarias. Algún grupo clerical cultural homogéneo no aparece en Languedoc y la escritura, lejos de ser acaparada por algunos de ellos, se difunde al contrario, por parte del notariado, en la mayor parte de la sociedad. No se está lejos de un monopolio de los clérigos literati y es sin dudas una de las direcciones a seguir para comprender el arraigo regional de la heregía cátara.
Las nuevas redacciones de cartularios aparecen a comienzos del siglo XIV; la más famosa es la monumental compilación de documentos de la Iglesia de Maguelone impulsada pro el obispo Arnaldo de Verdale. Se trata de un trabajo de historia erudita que trata de recopilar el conjunto de pergaminos en ese momento disponibles, que de cartularios tales que hemos descrito para los siglos anteriores. Los volúmenes que Arnaldo de Verdale hizo compilar son Kopialbücher y hacen ver junto a la crónica que redactó paralelamente para ver aparecer un verdadero trabajo de fabricación de la memoria.

Los codices, como todo documento, son fabricados y la restitución del contexto y de las complejidades de su elaboración ofrecen una clarificación indispensable sobre su significado histórico. Los procesos de elaboración no puede y no debe estar separado de la forma y del confenido final del documento. Este minucioso trabajo de deconstrucción no conduce a una fragmentación del sentido pero permite recuperar la menra por la que los hombres de la Edad Media construían por medio de la escritura la realidad en la que vivían.


BIBLIOGRAFÍA

Pierre CHASTANG: Lire, écrire, transcrire. Le travail des rédacteurs de cartulaires en Bas-languedoc (XIe-XIIIe siècles). Paris : Éditions du CTHS, 2001 ; pp. 423-427. [ISBN 2-7355-0472-7]

Traducción libre por

Alfonso Sánchez Mairena
Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos

25 enero, 2008

FRAGMENTOS SOBRE CARTULARIOS DE CATEDRALES Y MONASTERIOS

Text Pieces from “The Cartularies of Cathedrals and Monasteries of Spain in the Middle Age”, of F. Nabot y Tomás. Barcelona: Print of A. Ortega, 1924.

Los Cartularios de las Catedrales y Monasterios de España en la Edad Media, de Francisco NABOT y TOMÁS. Barcelona: Imprenta de Ángel Ortega, 1924.

Un clásico de divulgación hizo una vez la presentación de la relectura de una obra conocida, interpretándola desde el nuevo punto de vista que posibilita la amplitud de miras de las sucesivas generaciones. En este caso, que esperamos continuar en sucesivas ediciones de artículos en Cartularios Medievales, vamos a recuperar fragmentos de obras que consideramos de interés para el lector interesado en los cartularios medievales, uno de los aspectos más interesantes de la civilización medieval y de sus manifestaciones culturales documentales.

Estos fragmentos rescatarán partes de obras famosas y muy difundidas en su día, en lo que ahora, en el tradicional mundo de la cultura analógica, denominamos de la divulgación del libro y de los artículos impresos. No se busca ninguna originalidad, sino rescatar lecturas de obras signifcativas sobre códices, cartularios, archivos, instituciones y documentos del medievo hispánico.

En este caso vamos a acercarnos a un clásico del estudio de los códices y cartularios hispanos, ámbito que tuvo un gran desarrollo tras la desamortización del siglo XIX y la constitución de la red de archivos históricos nacionales, fruto en gran medida de bibliotecarios eclesiásticos, archiveros y bibliotecarios del ahora centenario Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos, y profesores de las principales Facultades de Filosofía y Letras. No merecen olvidarse los trabajos de los Padres Flórez y su continuador el P. Risco en el siglo XVIII; F. Nabot y Tomás, que ahora nos ocupa en Cataluña; las de Ángel Canellas, las de Tomás Muñoz y Romero, Claudio Sánchez-Albornoz; José Villaamil y Castro, y A. López Ferreiro en el ámbito gallego, José Mattoso en Portugal, J. M. Eguren; el hispanista francés L. Barrau-Dihigo... y muchísimos otros. Son autores cuyas aportaciones permanecen accesibles en los ejemplares conservados de sus obras y fueron la base de las dos generaciones posteriores de estudiosos y profesores universitarios a los que debe mucho la actual comunidad investigadora, nos referimos a la generación de la posguerra y sus continuadores hasta el presente.

Es hora de quitarnos el velo traslúcido del calificativo de rancio con que las últimas generaciones amenazamos con llevar al olvido a obras, cuya relectura nos recuerda una gran experiencia de conocimientos difundidos en su día con los que aún debemos contar. Nunca como antes, nuestra generación se había enfrentado a dos paradojas de nuestra cultura o civilización moderna. Por un lado, que nunca como antes habíamos tenido a nuestro alrededor tantas fuentes de información, pero su cantidad y vertiginosa producción diaria influyen sobremanera en nuestra incapacidad para su cotidiana asimilación y el procesamiento de los mensajes, en muchos casos debido a la influencia o mimetismo al que nos somete la supervivencia a corto plazo en este mundo de contínuos cambios que amenaza siempre con desfasarnos de un día para otro. Por otro lado, nunca como antes, tras unos doscientos años de investigación crítica y científica a partir de la Ilustración del siglo XVIII, hemos estado tan cerca de convertirnos en continuos redescubridores del Mediterráneo tras tres mil años de civilización.

Esta paradoja solo podría ser superada si dedicamos una parte de nuestro tiempo a releer obras clásicas, cuya experiencia nos enriquecerá, al igual que la experiencia de las memorias de toda una vida o la narración de las vicisitudes de un prolongado viaje las adquirimos en pocas horas de lectura.

Pasemos ahora a leer diferentes fragmento de las ideas de F. Nabot sobre los cartularios hispanos. En esta obra leemos ideas, clasificaciones y consideraciones que hoy día tenemos asumidas como obvias, pero a veces olvidamos el origen de las mismas, o al menos, de otros investigadores que, en muchos casos, observaron ya lo mismo que nosotros lo hacemos actualmente.

Esta obra sigue funcionando hoy día como un verdadero manual de los cartularios en España. No hay otro... de momento.

Códices, cartularios y registros

(...) La Bibliografía y la Paleogafía bibliográfica estudian las diversas clases de manuscritos o códices en sus caracteres extrínsecos e intrínsecos, en su forma material y en su fondo o esencia. El doctísimo D. José M.ª de Eguren, en su preciosa “Memoria descriptiva de los Códices notables conservados en los archivos eclesiásticos de España”, obra premiada por la Biblioteca Nacional, en el concurso público de Enero de 1859, divide los Códices en nueve secciones:

Códices Bíblicos.
Códices Litúrgicos.
Códices Canónicos.
Códices de obras de los antiguos Padres de la Iglesia.
Códices de Jurisprudencia civil.
Códices de Literatura profana.
Códices de Ciencias exactas, físicas y naturales.
Códices históricos; y
Tumbos, Becerros y Cartularios.

La sección novena puede y debe ampliarse. Existen en nuestros archivos una serie de códices o manuscritos semejantes o relacionados con los “Tumbos”, “Becerros” y “Cartularios”. Nos referimos a los “Registros Reales”. “Registros de la fe pública”, “Cabreos”, “Lumen domus”, “Indices de documentos”, “Necrologios”, “Obituarios”, etc., etc. Todos estos manuscritos son de orden administrativo y hacen referencia, por consiguiente, desde distintos puntos de vista, al gobierno y régimen de las respectivas Catedrales y Monasterios que los poseen o han poseído. Por ello, pues, denominamos toda esa serie de manuscritos de carácter documental con el título o epígrafe de “Códices diplomáticos”. (...) [pág. 5]


Las dificultades de la investigación... Aún nos es familiar

(...) Limitamos nuestro estudio a los “Códices diplomáticos”, es decir, a aquellos que contienen documentos o índices y extractos de documentos de cualquier índole. No trataremos de todos los “Códices diplomáticos”, sino únicamente, de los llamados“Cartularios”, “Becerros” y “Tumbos”. Dentro de esta agrupación, nos fijaremos solamente, en los de las Catedrales y Monasterios, dejando para otra ocasión, el estudio de los Bularios Pontificios, de los Cartularios reales y de los Cartularios de distintas corporaciones, p. e., de las Universidades, Ayuntamientos, Ordenes Militares, etc. Aún concretándonos a los solos Cartularios eclesiásticos, a los de las Catedrales y Monasterios, nuestra labor será elemental e inconpleta, por la abundancia de dichos materiales diplomáticos, por su grande importancia y por lo difícil de la investigación en archivos y bibliotecas, la cual exige tiempo y medios de que no disponemos. (...) [págs. 7-8]


Concepto de cartulario

... La palabra “Cartulario” puede tomarse en la acepción antes explicada, esto es, códice o registro en que se copiaban íntegramente o en extracto los documentos recibidos por las Iglesias, Monasterios, ciudades, etc., que es la acepción más propia y corriente y también en otra más amplia, admitida y confirmada por los eruditos contemporáneos, según la cual, constituyen el Cartulario de una entidad ya eclesiástica ya civil, el conjunto de documentos y escrituras a ella concernientes, aún cuando provengan de fondos distintos, ora sean unas antiguas y otras de épocas posteriores. En otras palabras: también se entiende por Cartulario de una Iglesia, de un Monasterio, de una Corporación dada, toda la serie de pergaminos y documentos en papel, a los mismos dirigidos, en diferentes años y siglos, y por tanto, en distinto lenguaje y diferente paleografía [¿lejano eco del “chartrier” francés?]. No hay otra diferencia, por consigueinte, entre uan y otra acepción, sino que la primera indica copia o traslado de los originales a un libro dado, en una misma letra y tiempo seguido; mientras que la segunda se refiere a todos los documentos sean o no originales, pero sueltos y desligados, pertenecientes a una misma corporación. Bien se comprende, después de lo dicho, que de la propia manera que, en diferentes siglos, se han copiado los documentos originales en libros adecuados y que, en épocas distintas, han vuelto a copiarse los Cartularios o libros de documentos, así también, podríamos ahora formar Cartularios diversos con solo copiar o imprimir las escrituras sueltas de una Iglesia o Monasterio en un mismo libro. Los benedictinos de Silos han aplicado esta acepción amplia de la palabra cartulario, en una preciosa colección documental, publicada por el ilustre paleógrafo y religioso de la Orden, P. Férotin. Para formarla, se sirvieron estos religiosos del Cartulario silense y luego de una serie de diplomas relativos a Silos, existentes unos en el Archivo de dicho Monasterio, y otros en los archivos Histórico Nacional, de las Catedrales de Burgos y Burgo de Osma y en el particular de los Duques de Frías. El P. Serrano, Abad actual del propio cenobio, acepta las dos aceptciones de la palabra cartulario, ya que su “Becerro Gótico de Cardeña” es impresión del manuscrito que posee la familia Zabálburu, de Bilbao, mientras que su “Colección Diplomática de San Salvador de El Moral” está integrada con diversos documentos procedentes del Becerro de este Monasterio y con otros pertenecientes a los archivos de Burgos, Silos y Palenzuela; y su “Cartulario de Covarrubias” está integrado con fondos de los archivos Abacial, Colegial y Municipal de dicha población. (...) [págs. 10-11]

La autoría

(...) "En algunos Cartularios se consignaba el tiempo en que comenzaba y el en que terminaba su redacción, así como también el nombre de los copistas y el del Obispo, Abad o persona que mandaba hacerlos. En los más se omitían estas indicaciones. Modestos y humildes aquellos obreros de la ciencia, no cuidaban de su fama.” (...) [pág. 20]

(...) "En los propios Cartularios, a veces en sus comienzos, otras en el contexto documental o en sus últimos fólios, se contienen en algunos casos, curiosas indicaciones del porque de su formación y existencia. El Cartulario del Cabildo de la Catedral de Laón fue formado por el Canónigo Jacques Pantaleón o Jacques de Troyes con considerable número de preciosos privilegios y títulos de propiedad de aquella Corporación eclesiástica. Es muy digno de anotarse que el autor de este Cartulario ocupó el solio pontifico desde 1261 a 1265 con el nombre de Urbano IV. Es una hermosa obra caligráfica dicho Códice diplomático. Comienza así: . Este largo prólogo es interesantísimo : en él, el canónigo futuro papa, hace conocer la razón, la utilidad, la división y plan del Cartulario y la manera de descubrir fácilmente lo que se desea hallar. (Véase “Revue des Bibliothèques”, Paris, 1901)”. (...) [págs. 23-24]

El Cartulario crónica

(...) Los Cartularios, por regla general, sólo contienen copias de documentos. Sin embargo, no es raro encontrar el algunos de ellos disertaciones históricas, noticias biográficas, datos cronológicos, listas de Pontífices, Prelados, Abades, Reyes, Protectores, etc. En este caso dichos códices participan del carácter de Crónicas y son llamados “Cartularios crónicas”. Como de esta clase podemos citar el “Tumbo del Real Monasterio de San Martín de Castañeda”, de la Orden Cisterciense, en el “Archivo Histórico Nacional”. Además de la parte diplomática, contiene curiosas noticias sobre la jurisdicción del Monasterio y datos biográficos de religiosos de la misma Orden (año 1714); el “Cartulario del Monasterio de Fitero”, de la misma Orden que el anterior y también guardado en el “Archivo Histórico Nacional”, llamado vulgarmente “Libro Naranjado”, contiene, además de la serie documental, un Catálogo de sus abades y monjes y noticias de sus Bulas, Privilegios y Rentas. Lo formó el archivero del Monasterio Fray Juan Bautista Ros en 1628. El Sr. Giry en su antes citada obra (pág. 29), presenta como ejemplos de “Cartularios crónicas”, entre otros, los de Saint-Bertin de Saint-Omer, escrito en 962 por el monje Folquin, el “Liber reparatione chartarum” de la abadía de “Saint-Chaffre de Moustier” (siglo XI) y los de la Catedral de Grenoble (s. XI), formados por el Obispo Saint Hugues para reconstituir el patrimonio de su Iglesia.” (...) [págs. 22-23]

Origen de los cartularios... ¿los “Chartarum tomi” del siglo VI?

(...) Difícil es señalar el origen de los Cartularios. Deben datar de época muy antigua. Si las invasiones goda y musulmana no hubiesen destruído, junto con otras causas, los preciosos y cuantiosos archivos de las épocas romana y visigoda, probablemente podríamos admirar y estudiar códices diplomáticos de aquella época. Desde luego puede asegurarse sin temor de engañarse que debió haberlos en los tiempos visigodos. En dicha época fueron notabilísimas, entre otras muchas, las escuelas literarias de Dumio y Braga, de las cuales fue alma y apóstol el abad y obispo San Martín Dumiense o Bracarense, la de Palencia, regentada por Conancio; la de Cartagena, por su obispo Liciniano; la de Sevilla, por sus arzobispos San Leandro y San Isidoro; la de Zaragoza por los prelados San Braulio y Tajón; la de Barcelona, por Quirico, su obispo; y la de Toledo, por los Santos Eugenios, Ildefonsos y Julianes. Estos insignes Prelados, acrecentaron el caudal científico que se había salvado después de la invasión de los Bárbaros. La ciencia y las letras brillaron esplendorosamente gracias a sus talentos y a la protección que las dispensaron siempre. Por su iniciativa se copiaron, cambiaron o compraron multitud de manuscritos con el mayor esmero, con una pulcritud y arte verdaderamente admirables. El carácter de letra toledano y el denominado isidoriano ponderan claramente la limpieza y el primor de los códices que se redactaban o copiaban. Las “Etimologías” de San Isidoro, especialmente, se copiaron con profusión, no habiendo catedral ni monasterio de España que no poseyesen de ellas uno o dos o más ejemplares, siendo no pocos los Archivos y Bibliotecas de Francia, Italia y Alemania que poseían, guardándolas como verdadero tesoro, la famosa enciclopedia del insigne Arzobispo hispalense. Pues bien, el mismo orden que admiramos en la organización espiscopal, catedralicia y cenobial, en los tiempos de la reconquista, que conocemos mejor, por haberse conservado códices y documentos, hemos de suponerlo en el régimen de las Iglesias y Sedes Episcopales y en el de los Monasterios que existían y florecían durante el período de la Monarquía gótica. Ninguna otra nacionalidad coetánea de la visigoda iguala a ésta, en el orden literario. Las relaciones entre los egregios Prelados citados y los Sumos Pontífices y Reyes y Príncipes y otros dignatarios eran contínuas. Bien puede suponerse, por consiguiente, que se vieron ellos y las Catedrales y Monasterios favorecidos con numerosos Privilegios y con las concesiones y otorgamientos de muy diversas personas. Como timbres de gloria guardaba la Iglesia sus manuscritos. Lo propio hacía con los documentos. Siendo éstos tan en número, claro está que tenían que clasificarlos y ordenarlos y de pensar es que debieron copiarlos, cuando menos los más interesantes y principales, en libros grandes, con los cuales se asegurase su manejo y conservación. San Gregorio de Tours en el siglo VI y el Venerable Beda y otros autores, nos hablan de “Chartarum tomi”, en el sentido de Cartularios. El docto Dom de Vaines, religiosos benedictino de la Congregación de San Mauro, en su “Dictionnaire raisonné de Diplomátique”, Paris, 1774, (t. I, pág. 227), afirma que el origen de los Cartularios puede establecerse en el siglo 8º, pues en los “Ann. Benedict.” (2, p. 145) se indica que un monje del Monasterio de Fontenelle, que murió en 749, transcribía en un libro cartas de donación. Mabillón, insigne autor de la obra “De re diplomatica libri sex” (Paris, 1681), (lib. I, cap. 2, págs. 7 y 8 y lib. 3, págs. 235 y 237), manifiesta que el monje Folcuin, de la Abadía de San Bertín, que vivía a finales del siglo X es el autor del Cartulario más antiguo de Francia. En España no se conserva ningún cartulario anterior al siglo X. Los que subsisten, son del siglo XI al XIV, por regla general. Los hay de siglos posteriores pero casi siempre suelen ser copias de otros más antiguos. De la mucha antigüedad de los Cartularios eclesiásticos de España de testimonio la escritura de restauración del Monasterio de Samos, otorgada en 934, en la cual se manifiesta que las escrituras de dicha casa se hallaban en el tesoro de San Salvador de Oviedo: “Por lo cual el restaurador Don Berila envió monjes al rey D. Fruela, a Oviedo, para pedirle el “Cartulario”, a lo que accedió de acuerdo con el obispo Don Oveco, enviándole a Don Berila con un libro de los Morales el tal Cartulario, en el que había cincuenta y nueve cartas...” (P. Risco, t. XL, España Sagrada; y Villa-Amil y Castro: “Los Códices de las Iglesias de Galicia en la Edad Media”, Madrid, 1874). Es este un testimonio que acredita la antigüedad de los Cartularios en nuestra patria”. (...) [págs. 11-13]

Cartularios y abreviaturas

(...) “Los Cartularios, en su gran mayoría, son del siglo XII al XIV. Coinciden con el esplendor de las letras francesas y de privilegios. Así se explica, pues, que el mucho tiempo que requería el trazado de la letra de dichos códices y la mucha materia escriptoria que se empleaba se compensasen con las muchas abreviaturas. En los Cartularios de los referidos siglos se pueden estudiar perfectamente los sistemas braquigráficos. Los copistas abreviaban las palabras ordinariamente siempre de la misma manera. Podían declinarse y conjugarse abreviadamente los nombres y los verbos. Las mismas clases de abreviaturas que observamos en los documentos en general vemos en estos códices medioevales. He ahí las abreviaturas en uso en los mismos: Sigla, apócope y síncopa; signos generales y especiales de abreviación. De estos últimos unos representan una letra, otros una sílaba, otros toda una palabra o frase. Letras sobrepuestas, ya vocales, ya consonantes; letras enlazadas, encajadas y conjuntas y por fin letras numerales. Con las escrituras de albalaes y sobre todo con las cortesanas y procesales las abreviaturas disminuyen notablemente, siendo asimismo menos el número de los documentos en romance que en los en latín.” (...) [págs. 19-20]


NOTA. El ejemplar consultado ha sido el conservado en la Biblioteca del Centro Superior de Investigaciones Científicas de Madrid. Al principio aparece una nota manuscrita del autor con una dedicatoria a Claudio Sánchez-Albornoz que dice así: “Al Ilustrísimo Sr. / Doctor Don Claudio Sánchez Albornoz, / Catedrático de la Universidad central y / de la Real Academia de la Historia. / El autor.”

Madrid, 24 de Enero de 2008

Alfonso Sánchez Mairena

Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos

21 enero, 2008

MEDIEVALUM.COM

Nuevo "blog" sobre Medievalismo hispano.
New Hispanic Medievalism Blog
Nouevelle blog de Medievalisme hispanique

En la Sección "Blogs" de Cartularios Medievales, se ha incorporado el enlace a un nuevo "blog" sobre temática medieval hispánica, en el que las noticias sobre todos los temas se ofrecen a los lectores de este ámbito de la Historia de la Civilización.

No sólo podemos estar al día sobre noticias arqueológicas, sino que las novedades bibliográficas, así como las noticias sobre documentos pueden seguirse con regularidad.

La edición arranca de mayo de 2004, con lo que la publicación tiene ya una consolidación y solera en la web. Los artículos se agrupan en áreas temáticas o categorías (libros, medicina, música, gastronomía, archivos...), que son accesibles a las "summae" de artículos en el margen superior derecho de la publicación, que también pueden ser localizados por el criterio cronológico de su fecha de edición.

Estamos ante una publicación sencilla y amena que nos ayuda a estar al día de noticias sobre el medievalismo.

Debemos congratularnos, pues Internet permite que las pocas, pero buenas, publicaciones y recursos sobre medievalismo podamos contactar e interoperar.

Felicitamos al editor.

Madrid, 21 de enero de 2008.

Odoario