21 noviembre, 2012

LITURGIA Y DATACIÓN DE DOCUMENTOS MEDIEVALES HISPÁNICOS

Los tradicionales errores cronológicos de los documentos alto y pleno medievales hispánicos podrían ser comprendidos desde el punto de vista de la Liturgia.
The traditional chronological errors in Spanish hight medieval records should be understood from the point of view of the Liturgy.
Le traditionnel erreurs chronologiques dans les documents espagnoles du haute et plein Moyen Âge pourrait être compris du point de vue de la Liturgie.
Archivo Histórico Nacional, Cód. 1439: Tumbo del Monasterio de Caaveiro (Galicia)
En la XXXV Semana de Estudios Medievales (Estella, 21-25 de julio 8), el profesor José Manuel Ruiz Asencio (Universidad de Valladolid) leyó una ponencia acerca de la contribución de los paleógrafos y diplomatistas españoles a la Historia Medieval española. Uno de los apartados de su disertación se dedica al ámbito de la Cronología. Y en él plantea la importancia de interpretar la fecha de los documentos en las colecciones documentales y su dificultad ante los diferentes y complejos sistemas de datación.

Esta realidad la podemos comprobar de manera muy significativa todos los que nos hemos acercado al estudio de un cartulario medieval y a comprender la organización interna de los documentos en el códice y, especialmente, a la hora de realizar las tablas de ordenación cronológica de los mismos.
Codex Vigilianus (www.vallenajerilla.com)
El prof. R. Asencio percibe como en esta labor son numerosas las ediciones modernas de documentos medievales que plantean la existencia de errores, reflejándose su corrección e interpretación con mayor o menor suerte en los aparatos críticos. Una casuística frecuente es la sencilla indicación de la presunta incorrección del día de la semana indicado en algunos documentos, sin profundizar en la cuestión de si el notario del documento no pudiera estar reflejando otros métodos de datación usual en su contexto.

El profesor Ruiz Asencio plantea esta problemática frecuente entre los profesionales de las Ciencias y Técnicas Historiográficas, cuyo riesgo puede ser inquietante en otros editores de documentos medievales especialistas en otras disciplinas, que "ni siguiera llegan a contemplar la existencia de tales problemas cronológicos".

Se recuerda como entre los diplomatistas y editores de documentos modernos se está olvidando el recurso a obras clásicas que contienen recursos, como elaboradas tablas cronológicas, con los que enfrentarse a los problemas cronológicos. Se refiere a la obra de los monjes maurinos franceses L'Art de vérifier les dates ou faits hsitoriques de chartes, des chroniques... (París, 1750) y al Nouveau Tratité de Diplomatique de D. Tassin y D. Toustain (París, 1750-1765), que se hace de las aportaciones en Cronología del primero. Tablas cronológicas que suponen una herramienta útil también en la obra de A. Giry para enfrentarse a los problemas cronológicos.

Desde la experiencia de este investigador los principales problemas se presentan en:
  1. El estilo: día del comienzo del año, especialmente el de la Navidad o Natividad, instaurado en las Cortes de Segovia de 1383 para sustituir a la Era Hispánica. Son muchos los editores de documentos que se equivocan en el cálculo de la unidad del año entre los días 25 y 31 de diciembre para transformar el año al estilo moderno. Parte de este problema estaría en el manual de Paleografía y Diplomática de Floriano Cumbreño.
  2. Sistema romano. La aplicación incorrecta del modo clásico de contar los días del mes mediante las "kalendas", "nonas" e "idus".
La aportación del profesor Ruiz consiste en advertir que junto al sistema clásico romano "existían otros modos 'populares' de contar los días del mes", que no eran uniformes sino que variaban entre sí según regiones y según épocas. Las variantes que ofrecen estos otros sistemas populares son muy grandes y complejas, como han tratado investigadores como Saraiva o García Larragueta.

Advierte nuestro autor que "A veces tenemos -incluyéndose él mismo [y debemos reconocer que en nuestro caso también]- la impresión de que ante una fecha que se presenta como errónea aplicamso una serie sucesiva de soluciones que tenemos en batería, hasta que alguna resuelva el problema. Pero, aún reconociendo que puede ser así, el editor de documentos o historiador está oblgiado a ofrecer una explicación razonable cuando una fecha se presenta con dificultades."

Continua exponiendo que "El problema más frecuente es cuando un día del mes determinado no coincide con el día de la semana que se señala. En ocasiones el día de la semana es domingo o sábado ('dominica die' o 'sabbato'), días que, por razones de ser clérigos los notarios alto y plenomedievales, son seguras y han de prevalecer sobre el día del mes con más fuerza que cuando se dice IIª feria, IIIª feria, etc., porque el error en una I más o menos puede ser asumible."

Por ello, invoca una hipótesis planteada por José Mª. Fernández Catón, por la que los notarios y escribas alto y pleno medievales "podrían estar aplicando el calendario litúrgico, en el que el día comienza por la tarde. Es hipótesis aceptable desde el momento que la mayoría de los notarios son clérigos. Y por ello cuando una carta dice que es miércoles y por las tablas sabemos con seguridad que es martes, se puede deducir que se está refiriendo al martes por la tarde, que en el calendario litúrgico es ya miércoles. Esta hipótesis se refuerza en el ámbito del reino de León cuando -piensa el autor- en el poderoso influjo cultural que ejercen los mozárabes pocedentes de al-Andalus, los cuales importan entre otras muchas cosas más la cuenta del día musulmán, que, como es sabido, comienza a contar desde el atardecer y no a la media noche."

Por nuestra parte, pensamos que puede haber más sentido y verosimilitud en la relación entre la cultura litúrgica cristiana y la formación y educación de los notarios en los ambientes de las escuelas episcopales y catedralicias. Los textos alusivos al cómputo del calendario está presente en muchísimos códices litúrgicos alto medievales; y la obra de San Isidoro (Ethimologiae) de amplia difusión en las escuelas medievales hispanas contiene también esta parte del saber. Conocer el cálculo del computo del calendario romano, así como establecer las tablas pascuales, era necesario para ubicar la fecha de la celebración de la Pascua cada año. Y como sabemos esta festividad religiosa y litúrgica se basaba en la tradición judía y en el calendario lunar. De hecho, los mozárabes o cristianos hispanos que huía de la persecución religiosa o de la intolerancia social y política del al-Andalus islámico si se caracterizaban ante todo era por su pública confesión religiosa cristiana, por lo que en su liturgia escrita la preocupación por la datación de la Pascua anual forma parte de la mayoría de los códices litúrgicos mozárabes conocidos. 

El Prof. Ruiz ha puesto inteligentemente el objetivo en otro de los temas apasionantes de nuestro pasado y, por extensión, en el de la transmisión de los saberes y de la cultura escrita del Occidente medieval. El mundo andalusí de los siglos VIII al XI está todavía por conocer en muchísimos de sus aspectos culturales y sociales. La tradición romano-cristiana de la sociedad hispana no pudo desparecer de la noche a la mañana. La cultura escrita romano-mozárabe es una muestra de ello, y en muchos aspectos los hispanos conversos al Islam en esos siglos aportarían muchos elementos de su cultura y su civilización a la sociedad andalusí. Recordemos algunos tópicos: la medicina era saber y práctica habitual entre cristianos, y hasta el siglo XI no llegó a ser una práctica acaparada por médicos musulmanes y judíos. Sin embargo en las fuentes que tratan del al-Andalus las menciones a médicos y practicantes de la medicina se refieren casi mayoritariamente a cristianos. Las fuentes islámicas hablan incluso de monasterios cristianos del entorno de Córdoba donde los monjes mantenían conocimientos especializados en medicina y a donde los médicos musulmanes iban a refrescar conocimientos y a solicitar remedios prácticos. Otro tanto es el polémico tema de la cultura agraria irrigada..., pero estos son otros temas.
  • Puede leerse el trabajo completo del profesor J. Mª. Ruiz Asencio en "Contribución de los paleógrafos-diplomatistas españoles a los estudios medievales", en La Historia Medieval hoy: percepción académcia y percepción social (Actas de la XXXV Semana de Estudios Medievales. Estella, 21-25 de julio 2008). Pamplona: Gobierno de Navarra, 2009; pp. 109-142.
Madrid, 21 de Noviembre de 2012.
Recensión por Alfonso Sánchez Mairena
Editor http://cartulariosmedievales.blogspot.com


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