Herbs, hospitals, and shared knowledge: How Spaniards and Indigenous peoples forged a new medicine in the Americas, 15th to 19th Centuries.
Herbes, hôpitaux et savoirs partagés: comment les Espagnols et les peuples autochtones ont forgé une nouvelle médecine dans les Amériques, du XVe au XIXe siècle.
Ebe, ospedali e conscenze condivise: come spagnoli e popoli indigeni hanno forgiato una nuova medicina nelle Americhe, dal XV al XIX secolo.
Kräuter, Krnakenhäuser und geteiltes Wissen: Wie Spanier und indigene Völker im 15. bis 19. Jahrhundert in Amerika eine neue Medizin entwickelten.
1. La simbiosis médica en la América hispana: un diálogo entre saberes
Las narrativas modernas, especialmente en redes sociales, a veces reducen la historia de la conquista española en América a acusaciones de falso genocidio ligado a enfermedades, caricaturizando un pasado complejo. Sin embargo, la historia médica de la mal llamada "época colonial" revela un panorama más rico: un diálogo entre la medicina española y la indígena, marcado por el aprendizaje mutuo, la experimentación y el sincretismo de conocimientos y prácticas.
Lejos de ser una imposición unilateral, los médicos españoles valoraron y adoptaron prácticas nativas desde el momento de los primeros contactos, mientras compartían conocimientos europeos, dando lugar a una práctica médica original que se enfrentó grandes enfermedades desde muy pronto.
Este intercambio no fue unidireccional; de manera que si enfermedades como la viruela viajaron de Europa a América, otras, como la sífilis, cruzaron el Atlántico desde las tierras indígenas hacia España.
Las fuentes primarias de la época, como el testimonio de Diego Álvarez Chanca en 1493, sugieren que la sífilis, desconocida en Europa hasta entonces, se propagó tras el contacto con América, donde los indígenas usaban plantas como el sasafrás para tratarla.
Este flujo bidirección de enfermedades y remedios enriqueció la farmacopea de los médicos españoles, el sincretismo médico y el papel de las órdenes religiosas, con ejemplos concretos que ilustran un esfuerzo conjunto frente a los desafíos sanitarios de la época.
2. Simbiosis y sincretismo médico: un intercambio bidireccional
La llegada de los españoles a América trajo consigo enfermedades devastadoras como la viruela, el tifus y la malaria, que diezmaron poblaciones indígenas sin inmunidad previa. Sin embargo, culpar únicamente a los europeos es un acto de ignorancia sobre la complejidad del contexto: las epidemias no fueron un arma intencionada, sino una tragedia biológica compartida.
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Hospital de San Andrés, Lima (Perú) |
Los médicos españoles, conscientes de las limitaciones de su farmacopea frente a males tropicales, se volcaron hacia el conocimiento indígena, que ofrecía siglos de experiencia con la flora y fauna local. Este intercambio dio lugar a un sincretismo médico único, visible en hospitales, boticas y expediciones científicas organizadas por los propios españoles y contando con la colaboración indígena.
Por ejemplo, el temazcal maya, un baño de vapor para tratar reumas, fue adoptado en hospitales como el de Jesús Nazareno en México (1524), combinado con sangrías europeas para potenciar efectos. A cambio, los mayas incorporaron el uso de termómetros españoles para medir fiebres con precisión. La quina, usada por los incas contra la malaria, fue estudiada por médicos españoles en el siglo XVII y exportada a Europa, pero los incas aprendieron a usar la ipecacuana europea como purgante, mejorando sus tratamientos. El maguey, un antiséptico maya, se convirtió en un recurso clave en el Hospital de San Nicolás de Santo Domingo (1503), mientras los indígenas adoptaron bisturíes europeos para perfeccionar trepanaciones.
Este diálogo se extendió a plantas como el tabaco taíno, usado como analgésico en boticas virreinales, y al vinagre español, que los taínos emplearon para desinfectar heridas. En el Hospital de San Andrés en Lima (1549), la muña inca se usó como digestivo, mientras los incas adoptaron el alcohol destilado europeo para tratar infecciones.
El sincretismo no estuvo exento de tensiones. Los españoles a veces desconfiaban de práctias rituales indígenas, como el uso del peyote, pero aun así lo estudiaron como analgésico en conventos mexicanos. Por su parte, los indígenas adaptaron remedios europeos, como el opio --taído de China vía Filipinas por los españoles--, para cirugías locales. Este intercambio creó una medicina híbrida que, aunque imperfecta, sentó las bases para la salud pública "colonial".
3. Aportaciones de los médicos españoles
Los médicos españoles desempeñaron un papel crucial en la organizaciónn sanitaria de América. Fundaron hospitales, regularon boticas --las antiguas farmacias-- y lideraron expediciones médicas, que en su conjunto fueron las primeras armas con las que se enfrentaron a las epidemias.
La expeidición de Francisco de Balmis (1803-1806) es un hito histórico y científico al llevar la vacuna contra viruela a México, Perú y Filipinas, vacuanando a miles de indígenas y reduciendo significativamente la mortalidad.
En México, el Hospital de San Andrés distribuyó la vacuna, usando métodos indígenas para conservarla, como el transporte en niños portadores.
Francisco Hernández, médico de Felipe II, exploró México entre 1570 y 1577, catalogando unas 3.000 plantas medicinales, como el copalchi para la diabetes, cuyas descripciones influyeron en la farmacología europea y americana.
La expedición Malaspina (1789-1794) incluyó médicos como Tadeo Haenke, que estudiaron fiebres tropicales en Perú, integrando la quina inca con prácticas de higiene europeas.
Hospitales como el de Jesús Nazareno (México, 1524) atendieron epidemias de tifus con cuarentenas, combinadas con plantas como el cedrón, ayudando a comunidades aztecas a mitigar brotes. El Hospital de San Hipólito (México, 1567) fue pionero en tratar enfermedades mentales con terapias humanistas, mientras que el de San Lázaro en La Habana (siglo XVII) usó sábila para lesiones de leprosos.
Estas instituciones no solo atendían a españoles, sino también a indígenas y mestizos, promoviendo una atención inclusiva para la época.
4. Contribuciones de las órdenes religiosas
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Iglesia del Hosptial de San Juan de Dios Manila (Filipinas) Año 1900 |
reflejaban su integración con la medicina indígena.
- Jesuitas: Los jesuitas destacaron por su trabajo en boticas y hospitales, especialmente en Paraguay y Perú. Fundaron el Hospital de San Ignacio (siglo XVII), donde usaron yerba mate guaraní como tónico y cedrón para fiebres. Bernabé Cobo documentó el maíz como alimento terapéutico, mientras pedro Montenegro catalogó plantas como el yopo para dolores crónicos. Las boticas jesuitas difundieron la quina contra la malaria, beneficiando a comunidades guaraníes, que a su vez adoptaron ungüentos europeos para heridas.
- Franciscanos: Los franciscanos, como Bernardino de Sahagún, estudiaron plantas como el epazote para parásitos, usándolo en el Hospital de la Natividad (Tlaxcala, 1537). Fundaron hospitales como el de Jesús Nazareno, donde el temazcal maya se combinó con sangrías. Los indígenas aprendieron a usar la ruda europea para fiebres, mientras los franciscanos adoptaron la quinua para combatir desnutrición en misiones peruanas.
- Dominicos: Los dominicos, como Bartolomé de las Casas, documentaron el tabaco taíno como analgésico, aplicándolo en el Hospital de San Nicolás (1503). En Lima, usaron el bálsamo de tolú para males respiratorios, mientras los indígenas adoptaron el vinagre español para úlceras. Fray Martín de Porres, en el Hospital de San Juan de Dios, empleó manzanilla silvestre para tratar enfermos, mostrando un enfoque práctio y sincretista.
- Agustinos: Los agustinos fundaron el Hospital de San Juan de Dios en México (1560), donde usaron chaya maya para anemias. Fray Antonio de Calancha estudió la muña peruana como digestivo, mientras los indígenas incorporaron el hierro español para cauterizar heridas. En Oaxaca, el tepezcohuite se usó par quemaduras, cobinando con vendajes europeos.
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