01 octubre, 2010

EL "TUMBO VIEJO" DE LA CATEDRAL DE LUGO

El Cartulario de la catedral de Lugo (Galicia, España): La Memoria escrita como Arma jurídica en el siglo XIII.

The Cartulary of the Lugo Cathedral (Galicia, Spain): The Written memory as a Legal weapon at the XIIIth C.

Le Cartulaire de la Cathédrale de Lugo (Galice, Espagne): La Mémoire écrit comme Arme juridique dans le XIIIéme siècle.




Lugo es una ciudad gallega situada al borde del Camino de Santiago. Fue fundada en la época del emperador romano Augusto (s. I a.C.) -Lucus Augustus-, siendo una de las principales sedes junto a Braga y Astorga de la antigua región romana de la Gallecia, que ocupaba la parte noroccidental de la Península Ibérica, sobre territorios que actualmente forman parte de España y Portugal. Fue la sede de un episcopado, mucho anterior al de Santiago de Compostela o al de Oviedo, que a partir del siglo XI, especialmente desde el reinado del rey Alfonso VI de Castilla y León, formó un señorío episcopal.

El territorio lucense fue ocupado por los musulmanes tras la invasión del año 711, pero a mediados del siglo VIII, las guarniciones islámicas evacuaron la región, que fue reorganizada por el rey astur Alfonso II [el Casto]. Desde ese momento, su obispo y la Iglesia diocesana lucense fueron objeto de muchas donaciones y concesiones de privilegios por los primeros reyes asturianos y, luego, por sus sucesores leoneses.

Entre los siglos XI y XIII las principales ciudades que jalonaban el Camino jacobeo fueron protagonistas de una serie de revueltas populares, que se manifestaban contra los poderes locales, que en el caso de Lugo, Compostela o Sahagún, se dirigían hacia la cabeza del poder feudal de sus obispos, en los dos primeros casos, o del abad en el último. A comienzos del siglo XIII, los burgueses de Lugo comenzaron a desfiar, como nunca antes habían hecho, la potestad jurisdiccional del obispo lucense, cuya "potestas" parece que estaba compartida con su capítulo catedralicio.

En este ambiente de conflictividad parece que se compiló el cartulario de la Iglesia lucense, conocido desde el siglo XVI como el "Tumbo Viejo" de la catedral de Lugo. Y este ha sido el objeto de un trabajo de investigación que hemos llevado a cabo recientemente.

El cartulario lucense estuvo preservado durante siglos en el archivo de la catedral de esta sede eclesiástica hasta la década de 1840, cuando fue objeto de la política de incautación de bienes de "manos muertas" en un amplio proceso de desamortización eclesiástica por parte del nuevo Estado liberal que surgió en España a partir de la promulgación de la Constitución de Cádiz de 1812, heredando el espíritu luminoso de la Ilustración y los claroscuros de la Revolución francesa. Junto con el retorno al ámbito de la jefatura del Estado español de las potestades e inmunidades señoriales, también se incautaron los documentos y títulos que fundamentaban el señorío jurisdiccional de la Iglesia lucense, como ocurrió en por toda España. No obstante, este proceso no fue tan limpio y tan eficiente como debió ser.

El cartulario desapareció de la circulación desde ese momento hasta que hacia 1916 los herederos de José Villaamil y Castro, un erudito archivero, bibliotecario y arqueólogo, que estuvo encargado de la desamortización en la provincia de Lugo, lo vendieron al Estado. Tras su adquisición fue ingresado para su preservación en la Sección Clero del Archivo Histórico Nacional (Madrid), junto con gran parte de los archivos eclesiásticos y de órdenes militares que fueron objeto de la incautación desamortizadora, pasando a integrarse en la primera red de servicios culturales archivísticos, arquelógicos y bibliotecarios de España, creada a mediados del siglo XIX. A partir de esta sección archivística se formó posteriormente otra específica denominada "Códices y cartularios", en la que actualmente se preserva y se difunde este cartulario, que está identificado con la signatura Códices,1043B.

Desde el año 2008, disponemos de forma libre y gratuita el acceso a un facsilmil digitalizado a través del Portal de Archivos Españoles (PARES): http://pares.mcu.es/, del Ministerio de Cultura de España. En un primer momento se reaprovechó la copia de seguridad en microfilm de 36 mm existente, que se digitalizó en blanco y negro. En 2009 se sustituyó por una versión en color (formato jpg). En 2010, el Tumbo Viejo ha sido restaurado, y en estos momentos disponemos ya de una versión digitalizada con buena resolución del renovado cartulario.

En este archivo hemos consultado este magnífico ejemplar de códice diplomático medieval hispánico. No es un códice con grandes aspiraciones simbólicas y conmemorativas, sin alardes decorativos, sino que su estudio muestra una gran riqueza de contenido y en los caracteres internos y externos que nos permiten adentrarnos en su realidad, como manifestación material de la civilización hispano-cristiana medieval.
Madrid. AHN - Cód. 1042B, fol. 1

Nuestra investigación la hemos dedicado a la memoria del profesor Carlos Sáez (m. 2006), que fue catedrático de Ciencias y Técnicas Historiográficas de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid), pues fue quién nos sugirió adentrarnos en el apasionante mundo de los cartularios medievales como primer escalón antes de abordar nuestro proyecto de tesis doctoral sobre la tradición archivística española en el medievo, a través de los fondos documentales medievales de la catedral de Lugo, uno de los más completos y más antiguos de la España medieval. El proyecto inicial procedía de las inquietudes de su padre, el también profesor don Emilio Sáez (1918-1988), que fue uno de los más destacados medievalistas españoles de la segunda mitad del siglo XIX, y que emprendió la tarea del estudio y edición de los documentos de este magnífico cartulario, cuya memoria compilatoria de documentos nos retrotrae al siglo VI d. C., a través de copias fragmentarias de concilios eclesiásticos presididos por los reyes suevos y algún que otro diploma atribuido por los clérigos transcriptores del códice a esa centuria.

Emilio Sáez, fue una figura importante en el impulso de los estudios documentales medievales en la España de la postguerra española. Desde los importantes puestos que tuvo como miembro destacado del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) o como rector de la Universidad de Barcelona entre los años sesenta y setenta, no paró nunca de inspirar el estudio y la edición de los fondos documentales medievales de España y Portugal, en particular, y de los estudios altomedievales en general. Buena prueba de ello fue su participación en el proyecto editorial "El Albir", como símbolo del "locus amoenus" de la cultura española del "pozo de la sabiduría", donde salieron a la luz numerosos estudios críticos de fuentes medievales, y variadas monografías y misceláneas de estudios medievales. Aún podemos encontrar numerosos ejemplares de las ediciones de El Albir en numerosas librerías de "segunda mano", así como en las ferias del "libro antiguo", que por cierto, tenemos ahora de nuevo en Madrid. Siguen siendo verdadero objeto de coleccionismo bibliográfico, tanto por el diseño de su maquetación y portada, como por sus rigurosos estudios. La figura de Emilio Sáez sale perfectamente a la luz a raíz de la publicación de la correspondencia privada que mantuvo desde su juventud con don Claudio Sánchez Albornoz en su exilio argentino tras la Guerra Civil.

Carlos, por su parte, muy influienciado por su formación como medievalista en Bolonia (Italia), como aquéllos litterati hispanos que entre los siglos XII al XV iban a esta importante universidad italiana - que actualmente es paradógicamente símbolo de un intento de deshumanistización de la educación y la cultura universitaria europea con el denominado "Plan Bolonia" - retomó de forma renovada el testigo de su progenitor. En este marco, aprendió de las nuevas corrientes de la cultura escrita, de hecho se le reconoce como uno de los introductores de la Historia de la cultura escrita en España. En todo momento intentó enriquecer su docencia en España estimulando a sus alumnos y discípulos con su inquietud por abordar nuevas líneas de investigación, no ya acerca de los documentos en sí, sino de sus formas de representación, de transmisión, de formación, sobre su función, sobre su creación y sobre su preservación y difusión a través de la realidad de los archivos, las bibliotecas, y sobre los archiveros y los bibliotecarios del pasado. Sobre todo incidía mucho en la búsqueda de la reflexión sobre los métodos de estudio y de investigación, con un especial sabor en sus investigaciones de las corrientes de renovación de la historiografía europea de los años 60 del pasado siglo, especialmente de la Escuela de los Anales francesa, y la italiana de Armando Petrucci, como referentes, pero sin renunciar nunca por la investigación de la tradición hispánica. De forma muy especial, siempre incidía en que debíamos aplicar nuestros esfuerzos a sacar a la luz la realidad de la tradición cultural hispánica medieval, y en sus últimos años, nos confesaba la importancia de dedicar los esfuerzos a la cultura altomedieval, como rica cantera historiográfica, especialmente los siglos comprendidos entre el VI y el XIII.

En el marco de estas inquietudes comenzamos nuestro trabajo. Tras el fallecimiento de Carlos, fue continuado en su dirección por las profesoras Concepción Mendo Carmona (Universidad Complutense de Madrid), que había elaborado su tesis doctoral sobre la escritura visigótica a partir del fondo de la Catedral de León, bajo la dirección de don Emilio y Carlos. Y de la mano Mª del Val González de la Peña, docente en la Universidad de Alcalá de Henares, que ha investigado especialmente centrada sobre las bibliotecas monásticas femeninas. Ambas son expertas en las lides de la documentación medieval, tanto en los cartularios, como en el mundo del códice, de la escritura, del documento, de los archivos y de las bibliotecas. Y con ellas felizmente ha llegado a puerto este proyecto de investigación. En relación a los cartularios, merece destacarse los ensayos que la profesora Mendo ha publicado sobre el origen y la función archivística de los cartularios hispánicos, así como el haber desentrañado la relación del Cartulario de la Catedral de León (siglo XIII) con el archivo de la institución a partir de estudiar la estructura interna del códice.

Madrid AHN - Cód. 1043B, fol. 1. Documento nº 1, Testamento del Obispo Odoario (siglo VIII)

Nuestro estudio del Tumbo Viejo lucense se ha elaborado en el marco de un trabajo de DEA (Diploma de Estudios Avanzados, antigua tesina), dentro del Programa de Doctorado "Hombre y Pensamiento en la Historia" de la universidad alcalaína. Fue leído en abril de 2010, y en estos momentos preparamos su edición.

La investigación se materializa en dos volúmenes, uno dedicado al estudio del cartulario, y un segundo que ofrece el regesto de cada documento, complementado con un aparato crítico, junto a la bibliografía usada. El apéndice documental respeta el orden de los documentos dentro de la compilación originaria del cartulario - que es uno de los grandes tesoros que nos ofrece cualquier cartulario medieval, y que en las ediciones tradicionales se ha solido perder, sustituida por la categórica y estricta ordenación cronológica, desvirtuándose en muchos casos la lógica del proyecto de cartularización por sus compiladores medievales -, al mismo tiempo que ofrecemos su equivalencia en una tabla ordenada cronológicamente de los 144 documentos cartularizados en el siglo XIII.

Todos los documentos compilados están escritos en lengua latina según los modelos y originales a partir de los que se hicieron las tareas de transcripción; y fueron transcritos en escritura de la variedad gótica libraria textual, propia de la transición de los siglos XII al XIII. El arco cronológico de la información documentada en el cartulario abarca el amplio arco cronológico que va desde el siglo VII a 1230, es decir, una memoria escrita de la Iglesia lucense de unos seis siglos.

Nuestro estudio se estructura en tres grandes bloques. En el primero abordamos las cuestiones sobre el marco teórico y científico de la investigación, tratando sobre el objeto, fin y método, así como sobre las líneas de investigación sobre cartularios en España y sobre el "Tumbo Viejo", en particular. Parte de este trabajo lo vamos a publicar en diferentes misceláneas de estudios que tendrán lugar próximamente.

El segundo bloque se elabora desde la perspectiva de la "tecnología medieval" que se empleaba en la formación de los cartularios, concretamente, centrados en el enfoque de la lectura y la transcripción de los documentos en el Tumbo Viejo lucense. Así, abordamos la historia y la descripción material del códice, en primer lugar, para seguir analizando los aspectos codicológicos o técnicas librarias usados en la elaboración material del soporte documental sobre el que se cartularizaron los documentos. Seguidamente, tratamos acerca de los aspectos paleográficos, sobre el hecho de las operaciones de compilación y sobre la transcripción de los documentos. El análisis codicológico y el estudio paleográfico nos han servido para evidenciar la actuación de un clérigo litteratus, formado probablemente en la escuela catedralilcia lucense, el presbítero Iohannes Petri, un clérigo del coro catedralicio que vivió durante la mayor parte del siglo XIII. También hemos abordado los aspectos diplomáticos del cartulario, donde se nos ha planteado la duda razonable de no comprender a los cartularios medievales como meras copias, sino que su estudio en profundidad, como en nuestro caso, nos indicaría que el cartulario sería más bien un documento complejo en sí mismo, dotado de validez y posiblemente hasta de fe pública. Como documento complejo, el Tumbo Viejo parece que fue concebido y sirvió fundamentalmente como un instrumento jurídico para la defensa de los derechos y privilegios que sustentaban el señorío eclesiástico lucense, que se vieron puestos en duda ante la Curia regia del joven Fernando III de Castilla y León en el momento de acceder al trono leonés en 1230. Seguidamente nos planteamos el uso y las lecturas del cartulario a partir del estudio de las notas y glosas marginales del manuscrito, a partir de la que hemos planteando una probable lectura jurídica del cartulario lucense en un momento concreto del medievo.

En el tercer bloque, hemos entrado de lleno en el contexto histórico, en el uso y la función del tumbo en el momento de su concepción y de su creación. Hemos comenzado ubicando al tumbo en el contexto del origen de los cartularios hispanos y dentro de las tipologías cartularísticas. Luego pasamos a estudiar la estructura interna, donde sale de manifiesto el tema de la selección de documentos a partir del archivo de la Iglesia lucense, y los criterios de ordenación y clasificación interna del tumbo, ofreciendo un esquema de base orgnánico funcional sobre las agrupaciones documentales que articulan el Tumbo Viejo lucense. Seguimos con el análisis de las causas y el contexto histórico de la compilación del cartulario en el marco del cuestionamiento del señorío temporal de la Iglesia lucense por parte de los burgueses del concejo de Lugo. También abordamos la figura del autor material y su entorno personal, los modelos y prácticas de cartularizacion que pudieron influir en la compilación del tumbo, sobre el lugar de trabajo -la frontera entre el Scriptorium y la cancillería eclesiástica lucense-, y, finalmente, abordamos la relación entre el cartulario y el archivo de la Iglesia lucense.

Hemos intentado acercarnos al hecho del cartulario, a las razones y al contexto de su compilación; es decir, comprenderlo más allá de la mera descripción documental y sin tener como objetivo principal la edición de los documentos; labores que se emprenderán en otro momento.

Autor: Alfonso Sánchez Mairena
Editor de http://cartulariosmedievales.blogspot.com/

Referencia
  • A. SÁNCHEZ MAIRENA: El "Tumbo Viejo" de la Catedral de Lugo (Siglo XIII). La memoria escrita como arma jurídica. 2 vols. Trabajo inédito de DEA. Dirigido por las profesoras C. Mendo Carmona (Universidad Complutense de Madrid) y M.ª del Val González de la Peña (Universidad de Alcalá). Facultad de Filosofía y Letras. Universiad de Alcalá de Henares, 2010.


Catedral de Lugo. Fachada Norte. Pantócrator


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