21 febrero, 2010

LA HISTORIA Y LA MEMORIA DEL PRESENTE














History and the Memory of the Present / L'Histoire et la Memoire du Present

Hace casi treinta años, el medievalista Jacques Le Goff escribió un pequeño y denso ensayo sobre la diferencia entre "monumento" y "documento", dentro de su obra El orden de la memoria. El tiempo como imaginario (Barcelona: Paidós, 1991. 1ª ed. castellana; pp. 227-239).

En esta obra, leemos que la memoria colectiva tiene como forma científica a la historia. Lo que sobrevive al pasado es producto de una elección realizada por "las fuerzas que operan en el desenvolverse temporal del mundo y de la humanidad, ya por aquellos que se han ocupado del estudio del pasado y de los tiempos pasados, los historiadores".

Le Goff indagaba en los métodos y los conceptos que permitan el adecuado adiestramiento para llegar a la "historia total". Pero, a los problemas de la metodología del historiador, se le suman los fantasmas reales de la mediatización de los poderes públicos y privados. La historia y el historiador siempre están presionados: por el desconocimiento de su labor, por la presión del poder político o económico de turno.

En este sentido, se ha publicado hoy una entrevista en un periódico virtual de las Islas Canarias: eldías.es, bajo el sugestivo título de: "La última maniobra de la manipulación ha sido identificar historia con memoria".

Con relación a la publicación del libro titulado "Maura y Canalejas. La difícil reconciliación", del notario e historiador tinerfeño Marcos Guimerá Peraza, y presentado por Cristóbal Robles Muñoz, historiador miembro del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas), se hace una entrevista a este último de la que reproducimos seguidamente unos fragmentos, elaborados por el corresponsal Raúl Gorroño (S. Cruz de Tenerife).
Fuente: http://www.eldia.es/2010-02-21/CULTURA/14-ultima-maniobra-manipulacion-ha-sido-identificar-historia-memoria.htm.

  • ¿Considera que se ha manipulado la historia de España, y en Canarias? Claro, pero prefiero no hablar de Canarias. Quiero decirle que la última maniobra de manipulación ha sido la identificación de historia con memoria. Ustedes pueden hacer ahí un monumento a cualquier personaje, y eso es la memoria; en cambio, la historia, cuando hurgas, ves la dimensión real de este personaje. La historia es un instrumento de crítica de la memoria, que siempre es selectiva y ¿quién la selecciona?, pues siempre es el poder. De todas formas, si me permite la expresión, la historia, como diría el poeta León Felipe, es crónica del arzobispo y del rey. Utilizo una metáfora medieval, pero se puede aplicar hoy en día. En España hay que hacer historia y no memoria, porque la memoria es conmemorativa y trata de destacar a aquella gente que nos interesa que figure en el espacio público, sea en la televisión, en la radio o en las editoriales, o en las calles de la ciudad, mientras que la historia lo que trata es de ver la obra real de esta persona o de esa situación.
  • ¿Qué opina de la Ley de Memoria Histórica implantada en España? La memoria histórica es un tema que se planteó también en otros países, y desde luego los historiadores decentes dicen que eso es un abuso. Es una pena que gente que son catedráticos de Universidad se apunten a esto, como también se apuntarían a una cacería como en los tiempos de Franco.
  • ¿Cree usted que la historia está lo suficientemente presente en la enseñanza? Sí, eso enlaza con otra pregunta que me ha hecho antes. La historia de Canarias, la de Guadalajara, la de Sevilla, se hará presente porque es un elemento de legitimación, pero por ejemplo la historia de las relaciones internacionales, o la económica no están porque eso no le interesa a ningún presidente de ningún sitio. La historia, si no es memoria, pura conmemoración o cortesana, es un instrumento de educación crítica, cosa que parece que ahora no se da mucho. La poca conciencia crítica y profesional que adquiere la gente está en la imagen que da la Universidad Complutense los jueves por la tarde con el botellón. Pero esto es un momento coyuntural que pasará, porque al final siempre gana la gente decente. Eso es una constatación histórica.
Colofón
En el año 2005, durante la celebración de las VII Jornadas de Castilla - La Mancha sobre investigación en Archivos, dedicadas al tema de España entre Repúblicas, 1868-1939 (Guadalajara, 15-18 noviembre 2005), el profesor y afamado tertuliano Julián Casanova manifestó como coordinador de un proyecto sobre guerras y genocidios, entre otras cosas lo siguiente:
  1. Unos llaman Memoria a lo que otros llaman Historia, siendo en el fondo lo mismo.
  2. La actual "Memoria histórica" consistíría en sacar a la luz los hechos que la Historia no documentó.
  3. Existe un tipo de Memoria, la de los testigos reales de los acontecimientos, que "deforma la construcción histórica". Es decir, que no todos los que vivieron de forma directa o indirecta un acontecimiento o sus efectos, fueron conscientes de su magnitud.
  4. "El archivo no es sólo un centro donde aparece por allí el archivo recóndito, que no te dejan ver, no; el archivo moderno como concibo yo el archivo de la memoria es un archivo-museo donde la gente ve realmente la relación entre el pasado y el presente."
Durante el debate al que asistí, aunque no logro verlo reproducido en las actas del mismo, escuché algo atónito: en los planes de estudio de primaria y secundaria, y especialmente de cara a la selectividad, debía haber más creditos y contenidos dedicados a la historia reciente de nuestro país, puesto que las nuevas generaciones debían conocer los crímenes que tuvieron lugar durante la Guerra Civil y sus consecuencias. Y llegó a plantear que los contenidos basados en la historia medieval o moderna solo servía para la formación de mentes conservadoras. Sic.
Memoria e Historia serían así al mismo tiempo: tautología y escatología del esoterismo científico de un presente que no sabe mirar hacia el pasado y no sabe como enfocar el futuro, sin comprender aún que cada generación de historiadores necesariamente tiene que releer y reinterpretar el pasado (G. Duby, J. Le Goff, M. Bloc, A. Schafft, etc.), como parte de la esencia del progreso y de la evolución.
Los clásicos decían, y así aprendíamos "las mentes conservadoras" - porque estudiábamos latín en el bachillerato -, que Historia, magistra vitae = La Historia es maestra de la vida. Por ello, debemos ser pacientes históricos porque las barreras del presenten que inquietan a los historiadores que no pueden acceder a las fuentes que desearían, son rotas con el paso del tiempo. ¿No sabemos hoy día que la madre de Tutankamon fue una hermana de su padre gracias a las técnicas genéticas?
La Historia no deja impune al mal que la Memoria encubre; pero sobre todo, la Historia debe ser hecha por hombres decentes, como se apunta en la entrevista anterior.

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