DNA could illuminate Origins of Medieval Manuscripts / L’origine des manuscrits médiévales à travers des supports documentaries
Por Brandon Keim (brandon@earthlab.net) 13 Enero 2009 (http://blog.wired.com/.shared/image.html?/photos/uncategorized/2009/01/12/msdnapix01.jpg)
El código genético (DNA) de la piel de los animales usada como soporte documental (pergamino) en los manuscritos medievales (documento, códices) podría revelarnos el momento en que se escribieron los textos.
Mediante la comparación entre los códigos genéticos de los manuscritos de origen desconocido con el de los identificados, un profesor inglés espera conocer dónde y cuándo fueron escritos estos misteriosos manuscritos.
“Una de las cosas que intentamos hacer cuando estudiamos un texto es conjeturar sobre el sistema escriturario y sobre la lengua en la que está escrito el texto, así como el momento de su compilación”, dice Tim Stinson de la Universidad de Carolina del Norte (Estados Unidos). “Pero esos son procesos que resultan inexactos, y consumen un gran cantidad de esfuerzos en las conjeturas. Nuestras herramientas han sido bastante rotundas, hasta ahora”.
Las primeras pruebas mostraron que los folios de piel animal contenían bastante código DNA intacto como para realizar un análisis valioso. De esta manera, Stinson y su hermano Mikel Stinson, un biólogo del Southside Virginia Community Collage, tomó muestras de piel procedentes de cinco folios de un Oracional francés del siglo XV. El DNA mitocondrial conservado reveló que las piezas procedían de dos partos de animales emparentados.
Estos resultados, según Stinson, son una prueba del principio que indica que es posible la creación de una base de datos de DNA de los manuscritos identificados en cuanto a su datación y a su procedencia. Los códices en papel monásticos tienen a estar datados, por lo que el código genético de estos trabajos podrían ser indizados y cruzados con una base de datos de obras literarias cuyos volúmenes tuvieran una procedencia desconocida, dando lugar a una taxonomía del códice manuscrito.
“Esto podría ayudarnos a comprender, no solo hechos concretos, ni solo libros, sino incluso datos del animal, y de personas”, ha declarado Stinson.
Además de la identificación del origen del manuscrito, al igual que una taxonomía podría descarnar la oscura transición que va desde la compilación monástica hasta la difusión comercial del soporte documental.
“¿Cuándo los libros comenzaron a convertirse en un negocio, como algo opuesto a lo que los monjes hacía? Este es un enigma que nadie conoce”, indicó Stinson. “Podría ser una historia social de la producción de un buen negocio”.
El código genético podría también ayudarnos para relacionar folios de códices que han sido fragmentados y dispersado por indeseables (sic) coleccionistas y vendidos por piezas a museos y galerías por todo el mundo.
Sin embargo, antes de que esto ocurra, según Stinson, se necesita refinar esta técnica. La verificación periódica requiere arrancar en torno a medio centímetro cuadrado, suficiente para revolver el estómago de cualquier bibliógrafo de verdad. Los planes de Stinson planea repetir la prueba con cualquier pequeño fragmento hasta encontrar un proceso que no deje cicatrices.
Stinson también necesita una importante financiación para el proyecto, que ha sido ya presentado en la reunión de la Bibliographical Society of America en la ciudad de Nueva York. Las pruebas tienen un coste aproximado entre 800 y 1.000 doláres, y docenas de muestras serán necesitadas para la base de datos inicial.
La identificación de manuscritos medievales podría suponer una sólida fuente de negocio en la economía actual, pero Stinson cree que todavía el valor histórico es valorable.
Dio el ejemplo de un poema sin fecha que está traduciendo, y que se refiere a la destrucción de Jerusalem por los romanos. El poema, según Stinson, refleja posturas antisemíticas comunes en una parte de la Inglaterra medieval.
“¿Quién se encargaba de poner esto en circulación, en qué momento, y cuándo? ¿Era un caballero laico, o un monje? ¿Dónde había sido producido el texto?”, se preguntaba. Al igual que ocurre a lo largo de la historia, Stinson indicó, “El problema de Jerusalem nos queda muy lejano”.
Agradecemos el envío de esta interesante noticia a nuestro colega Luis J. Megino Collado (Cuerpo Facultativo de Archiveros).
Febrero 2009
Traducción libre por
Alfonso Sánchez Mairena
Madrid
1 comentario:
Por si le hubiera pasado desapercibida, me ha parecido que le interesaría estar al tanto de esta manifestación científica: http://calenda.revues.org/nouvelle11978.html
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