The Archival function of a Cartulary from the XVIIth Century: The Tumbo of the Cistercian Monastery of Nogales (León, Spain).
La Fonction archivístique d'un Cartulaire du XVIIéme siècle: Le Tumbo du monastère cistercien de Nogales (León, Espagne).
El Monasterio de Santa María de Nogales fue una antigua abadía fundada por la orden cisterciense, también conocida como "Orden de San Bernardo" en tierras hispánicas, dentro de la diócesis leonesa de Astorga. Fue objeto de desamortización a comienzos del siglo XIX y sus antiguos fondos documentales y bibliográficos fueron dispersados por diferentes lugares.
El monasterio surgió con la donación de tierras que realizaron los nobles leoneses Velaz Gutiérrez y Sancha Ponce de Cabrera que cedieron los terrenos para que el abad de Moreruela construyera un nuevos monasterio en sus tierras.
En su día funcionó como panteón familiar nobiliario, como era frencuente en otros monasterios. De hecho, las tumbas esculpidas de Don Suero de Quiñones y su esposa doña Elvira de Zúñiga, tras su venta fueron llevadas en 1913 a la Hispanic Society de Nueva York donde pueden ser contemplados. Gran parte de su patrimonio artístico desapareció tras el proceso desamortizador.
Hay noticias de un códice Abadologio encuadernado en pergamino, con la historia del monasterio a través de la sucesión de sus distintos abades, y que fue compilado en el siglo XVIII que despareció y su pista se perdió por varias capitales europeas. El códice fue vendido en 1835, y en el siglo XX apareció en una subasta en España, desconociéndose su paradero actual.
Parte de su fondo archivístico de pergaminos modernos y medievales se encuentran en el Archivo Histórico Provincial de Zamora.
El códice archivístico: El Tumbo de Astorga.
Hacia 1639 el archivo del monasterio de Nogales fue objeto de una reorganización que quedó reflejada en un cartulario o tumbo creado con una clara finalidad archivística. Este tumbo ha sido dado a conocer recientemente por un trabajo de Almudena Enríquez de Salamanca Gómez, como técnica del Archivo General de la Universidad CEU-San Pablo (Madrid). Y nos congratulamos en presentarlo dado que hace referencia a este "blog" entre la bibliografía usada, concretamente a un "post" que dedicamos "Sobre la función archivística de los cartularios" (30 Enero 2009).
Es decir, que el Tumbo de Nogales no es una mera ventana abierta al archivo de la institución que lo compiló, sino que es un instrumento creado para fijar por escrito una organización archivística de los documentos que formaban su rico fondo documental. Como dice esta autora:
El trabajo de organización archivística fue realizado por el monje Fr. Lorenzo Pérez, y al pareceder dirigido por Fr. Manuel Gómez, que aparece firmando en el colofón del códice. Los trabajos archivísticos comenzaron en junio de 1638 y acabaron en marzo de 1639:
Es interesante indicar que, aunque el códice diplomático es conocido actualmente como "Tumbo", en su momento fue concebido como un "Manual", pues así se expresa por sus autores:
En el prólogo, los compiladores indican una doble finalidad expresa en la elaboración estos códices diplomáticos, como eran el registro de las escrituras relativas a los bienes, propiedades y derechos de la institución, junto a la expresión de agradecimiento a sus benefactores:
Una de las preocupaciones de estos archiveros eclesiásticos del siglo XVII era la reducción de las dataciones de los documentos medievales, fundamentalmente escritos conforme a la Era Hispánica, al sistema moderno de datación tras la reforma del calendario juliano en el siglo XVI. Por ello, se aportan las tablas con el método para la reducción y comprensión de las fechas antiguas.
Para la autora del trabajo, este Manual, al que suele aludir como Tumbo, tiene como principal característica el ser un "inventario de bienes, más bien un catálogo, pues propociona resúmenes de los documentos y signaturas topográficas. Es además un instrumento de control de la documentación por parte del autor del manuscrito. Aparte de servirle a él, ha de servir de ayuda a sus sucesores".
Además del estilo escatológico de la época, este breve colofón es una clara muestra de la conciencia de la función archivística y de la del archivero como un especialista en el tratamiento y preservación del fondo documental de su institución. Es un buen ejemplo de la que se puede denominar tradición archivística española que tiene buenos antecedentes en las Instrucciones del Archivo General de Simancas en la época de Felilpe II o en las Ordenanzas u Ordinaciones del Archivo de la Corona de Aragón en el siglo XIV. A las que hay que poner en contacto las instrucciones u ordenanzas del Archivo real de la Torre do Tombo en Lisboa, en el país hermano de Portugal a comienzos del siglo XVI. De hecho, la autora del trabajo relaciona la confección de este códice diplomático archivístico con la metodología indicada en la Instrucción simanquina, por la que el buen gobierno de un archivo institucional debía basarse en la diferenciación entre libros y documentos sueltos. Y esta metodología la podemos ver reflejada en el Manual del archivo de Nogales.
La fuente principal ha sido el códice del Tumbo conservado en el Archivo Histórico Diocesano de Astorga (León): Códice R-9, que la autora ha consultado junto al resto de los fondos documentales del monasterio de Nogales distribuidos por distintos archivos como el Archivo Histórico, Nacional, el Archivo General de Simancas y el Archivo de la Real Chancillería de Valladolid.
También existen documentos sobre esta institución dentro de los fondos nobiliarios del Archivo de los Duques de Osuna, conservados en la Sección Nobleza del Archivo Histórico Nacional, en Toledo. Parte de estos documentos son consultables a través de PARES: Portal de Archivos Españoles, el portal Web de difusión archivística del Ministerio de Cultura. Uno de los tumbos de escrituras se encuentra preservado en el Archivo Histórico Nacional (Madrid), a partir del cual se han realizado importantes estudios genealógicos sobre el linaje de los Ponce de León. Este códice diplomático puede localizado en el buscador como "Tumbo del monasterio de Nogales", consta de la signatura CLERO-SECULAR_REGULAR,L.5564. Es un libro en papel formado por 255 folios encuadernados en badana con las dimensiones 420 x 300 cm, compilado en el siglo XVIII.
Estructura interna
En la serie de libros que se registran en el Manual del archivo del monasterio de Nogales se menciona la existencia en la primera mitad del siglo XVII de Tumbos o Cartularios, formando parte del archivo. Estos códices se indican vinculados a toda la serie de libros económicos, de gestión, así como los relacionados con la gestión de los aniversarios y obituarios.
El prólogo de este manual archivístico manifiesta una característica que aparece también en numerosos prólogos de cartularios medievales. Los compiladores indican que los documentos originales solían estar desordenados por los diferentes cajones, formando una masa confusa que dificultaba la localización de los documentos en caso de necesidad con la urgencia necesaria. En este sentido, se verificaría también en el Monasterio de Nogales el principio evolutivo de los cartularios medievales que entre los siglos XVI y XVIII funcionaron como instrumentos archivísticos, según ha demostrado para el ámbito hispánico la profesora M.ª Concepción Mendo Carmona, cuyos trabajos son citados en la bibliografía del artículo que comentamos en este "post".
Al final del trabajo, en nuestra opinión la autora nos ofrece otra interesante observación, por la que este Manual ofrece una visión selectiva de los fondos documentales del archivo de la institución. Nosotros pensamos que esta naturaleza selectiva de documentos es una característica propias de gran parte de los cartularios medievales. Así, nos indica que ... "los tumbos [no] sean fieles reflejos de la estructura organizativa de los archivos a los que pertenecen, ni del conjunto de la tipología documental contenida en lso mismos, pues son numerosas las series con las que se supone contaría el archivo y que no quedan recogidas en los libros tumbo. Pero sí nos permiten hacernos una idea de su sistema clasificatorio, de ordenación, indización y recuperación de la documentación, signaturación e instalación."
El archivo del monasterio de Nogales
Vamos a destacar dos datos significativos extraídos de este interesante artículo.
Por un lado, el archivo estaba formado a la altura del siglo XVII por armarios o alacenas con cuerpos de estanterías cerrados, mediante cajones numerados, a partir de los que se formaba la signatura topográfica de los documentos. Las escrituras se agrupaban en legajos. Por otro lado, los códices se colocaban por todos los armarios, de forma que estuviera bien visible el lomo para identificarlos a partir de la leyenda con su contenido que se les fijaba. A partir de esta reorganización archivística de 1638-1639 los tomos suelen llevar una numeración correlativa seguida de su identificación específica, por ejemplo: "Tomo 7º de apeos".
Todos los documentos, tanto en pergamino como en papel, habían sido marcados con una nota dorsal -técnica medieval de organización archivística- que se correspondía con la ordenación de los documentos en el tumbo o manual de 1639.
La autora del trabajo nos aporta también un interesante e importante dato, en virtud de cual, existía una separación física entre el archivo y la biblioteca. En la segunda se preservaban las Biblias, los códices litúrgicos y los libros cantorales para el coro.
Se verifica, como en otras tantas instituciones eclesiásticas de la época, como las escrituras notariales forales, es decir, dedicadas a la imposición o traspasos de censos sobre bienes raíces y su producción, eran copiadas en libros registro específicos, comúnmente identificado como Libros forales o de apeos.
Es interesante, de la misma manera, el término de "armario archivador" que interpreta la autora del trabajo, a partir de lo indicado en el prólogo.
El resultado práctico de estas actividades de reorganización archivística de la Edad Moderna solía ser la elaboración de un instrumento de control muy característico: el Índice de materias que ayudaba a localizar en el archivo los distintos documentos relacionados con una materia o concepto concreto conforme a la administración y gestión del patrimonio de la institución. Estos índices son frecuentes en las adiciones modernas a cartularios medievales, como el Tumbo Viejo de la Catedral de Lugo.
Referencias
La Fonction archivístique d'un Cartulaire du XVIIéme siècle: Le Tumbo du monastère cistercien de Nogales (León, Espagne).
Actuales ruinas del Monasterio de Nogales |
El monasterio surgió con la donación de tierras que realizaron los nobles leoneses Velaz Gutiérrez y Sancha Ponce de Cabrera que cedieron los terrenos para que el abad de Moreruela construyera un nuevos monasterio en sus tierras.
En su día funcionó como panteón familiar nobiliario, como era frencuente en otros monasterios. De hecho, las tumbas esculpidas de Don Suero de Quiñones y su esposa doña Elvira de Zúñiga, tras su venta fueron llevadas en 1913 a la Hispanic Society de Nueva York donde pueden ser contemplados. Gran parte de su patrimonio artístico desapareció tras el proceso desamortizador.
Hay noticias de un códice Abadologio encuadernado en pergamino, con la historia del monasterio a través de la sucesión de sus distintos abades, y que fue compilado en el siglo XVIII que despareció y su pista se perdió por varias capitales europeas. El códice fue vendido en 1835, y en el siglo XX apareció en una subasta en España, desconociéndose su paradero actual.
Parte de su fondo archivístico de pergaminos modernos y medievales se encuentran en el Archivo Histórico Provincial de Zamora.
El códice archivístico: El Tumbo de Astorga.
Hacia 1639 el archivo del monasterio de Nogales fue objeto de una reorganización que quedó reflejada en un cartulario o tumbo creado con una clara finalidad archivística. Este tumbo ha sido dado a conocer recientemente por un trabajo de Almudena Enríquez de Salamanca Gómez, como técnica del Archivo General de la Universidad CEU-San Pablo (Madrid). Y nos congratulamos en presentarlo dado que hace referencia a este "blog" entre la bibliografía usada, concretamente a un "post" que dedicamos "Sobre la función archivística de los cartularios" (30 Enero 2009).
Es decir, que el Tumbo de Nogales no es una mera ventana abierta al archivo de la institución que lo compiló, sino que es un instrumento creado para fijar por escrito una organización archivística de los documentos que formaban su rico fondo documental. Como dice esta autora:
aunque los tumbos no sean un reflejo exacto del archivo al que pertenecieron, sí dan buena idea al menos de parte de la organización y estructura del mismo.Se aborda, en palabras de su autora, el estudio de la forma de organización de un archivo monástico del siglo XVII a partir del análisis, tanto codicológico como del contenido del tumbo elaborado durante esta reorganización. Este instrumento tiene otra singularidad añadida, la de darnos a conocer la personalidad y el trabajo del archivero, así como sus herramientas de trabajo, como resúmenes, descriptores y los diferentes tipos de índices. De hecho, en el colofón del propio instrumento el monje autor indicaba lo siguiente:
El trabajo de organización archivística fue realizado por el monje Fr. Lorenzo Pérez, y al pareceder dirigido por Fr. Manuel Gómez, que aparece firmando en el colofón del códice. Los trabajos archivísticos comenzaron en junio de 1638 y acabaron en marzo de 1639:
Es interesante indicar que, aunque el códice diplomático es conocido actualmente como "Tumbo", en su momento fue concebido como un "Manual", pues así se expresa por sus autores:
Manual de este devoto e insigne monasterio de Nuestra Señora de Nogales, en que están las escrituras de bienes y rentas, acabado en este año de 1639. Siendo Summo Pontífice nuestro muy Santo Padre Urbano emperador de Romanos Maximiliano, reynando en estos Reynos de España y en las Indias el Rey don Filipe Quarto con su muger la Reyna doña Isabel de Borbón, hermana de Luis Rey de Francia, hijos ambos de Henrrico 4º y de Madama María de Médicis.
El fin que pudo tener la invencion de hazer tumbos hallo que no solo se enderetça y camina a dar noticia particular a los monarchas, reyes, señores, ca-bildos y monasterios de las rentas que por sus patrimonios reales, mayorazgos y possesiones gozan, sino tambien (aunque no de principal intento) refrescar en la memoria nuevos recuerdos y obligaciones de gratitud, que corren a todos los que por la liberalidad de sus bienhechores los tienen y posseen. Porque como este reconocimiento sea deuda natural debida al beneficio recebido, es fuerça que del hazer requento y summa de sus crecidas rentas, resulte de recudida memoria del bienhechor. De donde como de principio natural se sigue, que para no obscureçer esta luz del ingenio y raçon del hombre con la niebla de la ingratitud (vicio que por detestable summamente Dios aborreze) al punto ha de acudir con la paga desta virtud moral, llamada en nuestro lenguaje español agradecimiento: por ser el rendir gracias al bienhechor tan conforme a los principios de la naturaleza intellectual del hombre, y el no lo hazer tan contrario a ellos, ...
Para la autora del trabajo, este Manual, al que suele aludir como Tumbo, tiene como principal característica el ser un "inventario de bienes, más bien un catálogo, pues propociona resúmenes de los documentos y signaturas topográficas. Es además un instrumento de control de la documentación por parte del autor del manuscrito. Aparte de servirle a él, ha de servir de ayuda a sus sucesores".
Además del estilo escatológico de la época, este breve colofón es una clara muestra de la conciencia de la función archivística y de la del archivero como un especialista en el tratamiento y preservación del fondo documental de su institución. Es un buen ejemplo de la que se puede denominar tradición archivística española que tiene buenos antecedentes en las Instrucciones del Archivo General de Simancas en la época de Felilpe II o en las Ordenanzas u Ordinaciones del Archivo de la Corona de Aragón en el siglo XIV. A las que hay que poner en contacto las instrucciones u ordenanzas del Archivo real de la Torre do Tombo en Lisboa, en el país hermano de Portugal a comienzos del siglo XVI. De hecho, la autora del trabajo relaciona la confección de este códice diplomático archivístico con la metodología indicada en la Instrucción simanquina, por la que el buen gobierno de un archivo institucional debía basarse en la diferenciación entre libros y documentos sueltos. Y esta metodología la podemos ver reflejada en el Manual del archivo de Nogales.
La fuente principal ha sido el códice del Tumbo conservado en el Archivo Histórico Diocesano de Astorga (León): Códice R-9, que la autora ha consultado junto al resto de los fondos documentales del monasterio de Nogales distribuidos por distintos archivos como el Archivo Histórico, Nacional, el Archivo General de Simancas y el Archivo de la Real Chancillería de Valladolid.
También existen documentos sobre esta institución dentro de los fondos nobiliarios del Archivo de los Duques de Osuna, conservados en la Sección Nobleza del Archivo Histórico Nacional, en Toledo. Parte de estos documentos son consultables a través de PARES: Portal de Archivos Españoles, el portal Web de difusión archivística del Ministerio de Cultura. Uno de los tumbos de escrituras se encuentra preservado en el Archivo Histórico Nacional (Madrid), a partir del cual se han realizado importantes estudios genealógicos sobre el linaje de los Ponce de León. Este códice diplomático puede localizado en el buscador como "Tumbo del monasterio de Nogales", consta de la signatura CLERO-SECULAR_REGULAR,L.5564. Es un libro en papel formado por 255 folios encuadernados en badana con las dimensiones 420 x 300 cm, compilado en el siglo XVIII.
Estructura interna
La estructura interna de este códice consta de los siguientes elementos:
- Prólogo.
- Índice topográfico por cajones.
- Relación de libros mencionados en la organización.
- Índice topográfico de las propiedades contenidas en los documentos.
- Relato de la fundación del monasterio.
- Abadologio o crónica de los distintos abades hasta 1832.
- Registro de los privilegios reales, documentos pontificios, seguido de la relación de bienes y derechos del monasterio reflejando la ordenación física de los documentos en los cajones del archivo.
- Colofón y diligencia de la autoría.
En la serie de libros que se registran en el Manual del archivo del monasterio de Nogales se menciona la existencia en la primera mitad del siglo XVII de Tumbos o Cartularios, formando parte del archivo. Estos códices se indican vinculados a toda la serie de libros económicos, de gestión, así como los relacionados con la gestión de los aniversarios y obituarios.
El prólogo de este manual archivístico manifiesta una característica que aparece también en numerosos prólogos de cartularios medievales. Los compiladores indican que los documentos originales solían estar desordenados por los diferentes cajones, formando una masa confusa que dificultaba la localización de los documentos en caso de necesidad con la urgencia necesaria. En este sentido, se verificaría también en el Monasterio de Nogales el principio evolutivo de los cartularios medievales que entre los siglos XVI y XVIII funcionaron como instrumentos archivísticos, según ha demostrado para el ámbito hispánico la profesora M.ª Concepción Mendo Carmona, cuyos trabajos son citados en la bibliografía del artículo que comentamos en este "post".
Al final del trabajo, en nuestra opinión la autora nos ofrece otra interesante observación, por la que este Manual ofrece una visión selectiva de los fondos documentales del archivo de la institución. Nosotros pensamos que esta naturaleza selectiva de documentos es una característica propias de gran parte de los cartularios medievales. Así, nos indica que ... "los tumbos [no] sean fieles reflejos de la estructura organizativa de los archivos a los que pertenecen, ni del conjunto de la tipología documental contenida en lso mismos, pues son numerosas las series con las que se supone contaría el archivo y que no quedan recogidas en los libros tumbo. Pero sí nos permiten hacernos una idea de su sistema clasificatorio, de ordenación, indización y recuperación de la documentación, signaturación e instalación."
El archivo del monasterio de Nogales
Vamos a destacar dos datos significativos extraídos de este interesante artículo.
Por un lado, el archivo estaba formado a la altura del siglo XVII por armarios o alacenas con cuerpos de estanterías cerrados, mediante cajones numerados, a partir de los que se formaba la signatura topográfica de los documentos. Las escrituras se agrupaban en legajos. Por otro lado, los códices se colocaban por todos los armarios, de forma que estuviera bien visible el lomo para identificarlos a partir de la leyenda con su contenido que se les fijaba. A partir de esta reorganización archivística de 1638-1639 los tomos suelen llevar una numeración correlativa seguida de su identificación específica, por ejemplo: "Tomo 7º de apeos".
Todos los documentos, tanto en pergamino como en papel, habían sido marcados con una nota dorsal -técnica medieval de organización archivística- que se correspondía con la ordenación de los documentos en el tumbo o manual de 1639.
La autora del trabajo nos aporta también un interesante e importante dato, en virtud de cual, existía una separación física entre el archivo y la biblioteca. En la segunda se preservaban las Biblias, los códices litúrgicos y los libros cantorales para el coro.
Se verifica, como en otras tantas instituciones eclesiásticas de la época, como las escrituras notariales forales, es decir, dedicadas a la imposición o traspasos de censos sobre bienes raíces y su producción, eran copiadas en libros registro específicos, comúnmente identificado como Libros forales o de apeos.
Es interesante, de la misma manera, el término de "armario archivador" que interpreta la autora del trabajo, a partir de lo indicado en el prólogo.
El resultado práctico de estas actividades de reorganización archivística de la Edad Moderna solía ser la elaboración de un instrumento de control muy característico: el Índice de materias que ayudaba a localizar en el archivo los distintos documentos relacionados con una materia o concepto concreto conforme a la administración y gestión del patrimonio de la institución. Estos índices son frecuentes en las adiciones modernas a cartularios medievales, como el Tumbo Viejo de la Catedral de Lugo.
Referencias
- ENRÍQUEZ DE SALAMANCA GÓMEZ, Almudena: "El Archivo del Monasterio de Santa María de Nogales en el Tumbo de Astorga (1639)", Documenta & Instrumenta, nº 8 (2010), pp. 47-46
- Versión descargable en el Repositorio OAI de la Biblioteca Complutense: http://europa.sim.ucm.es/compludoc, en formato "pdf".
- Otra edición electrónica completa del artículo en formato "htm" en faqs.org (Enero 1, 2010).
- Más información sobre el monasterio de Nogales en: http://patrimoniodecastillayleon.blogspot.com/2007/12/santa-mara-de-nogales.html.
- TORRE SEVILLA-QUIÑONES DE LEÓN, Margarita: "Los orígenes del linaje Ponce de León (ss. X-XIV): precisiones genealógicas del Tumbo del monasterio de Nogales (León)", Astórica: revista de estudios, documentación, creación y divulgación de temas astorganos (Astorga: Centro de Estudios Astorganos "Marcelo Macías"), nº 17 (1998): pp. 253-262.
- Exposición "Las Edades del Hombre": http://www.lasedades.es/obra-1019.html.
Por Alfonso Sánchez Mairena
Editor de Cartularios Medievales
1 comentario:
Excelente trabajo de difusión relativo a cómo funcionaba un archivo en el siglo XVII.
Por otro lado, apellidos como Zúñiga, como Ponce de León y como Enriquez de Salamanca nos remiten, no sólo a la Historia, sino a universos literarios mágicos, y en concreto al Siglo de Oro. La cita originaria recuerda a esa prosa de Quevedo y Góngora, de Lope y de Calderón que tanto me gustan. Enhorabuena
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